jueves, 2 de octubre de 2025

Octubre: memoria, resistencia y justicia para África

 Acabamos de entrar en el mes de octubre, que por quinto año consecutivo, el movimiento Black Alliance for Peace ha declarado “mes de Acción contra el AFRICOM”. Recomiendo a todo el mundo conectarse a sus webinars y prestar atención a sus comunicaciones.

 

El 1 de octubre también es un aniversario sangrante para los pueblos de la región de los grandes lagos africanos. El 1 de octubre de 1990, el FPR (Entonces llamado APR, compuesto por un grupo de militares del ejército ugandés) llevó a cabo el primer ataque contra Ruanda, iniciando una guerra de 4 años de masacres indescriptibles hasta culminar en abril de 1994, cuando derribaron el avión presidencial desencadenante de un caos sangriento, que todos conocemos como el genocidio de Ruanda. Mientras los hutus cometían el genocidio contra los tutsis, el FPR cometía al mismo tiempo genocidio contra los hutus y además sacrificó a miles de tutsis para achacar sus asesinatos a los extremistas hutu y por no dejar que el salvar a algún tutsi, les distrajera de su primera tarea que era exterminar a cuantos hutu pudieran; desde esos años hasta hoy mismo, mientras usted lee esto, comete genocidio de las poblaciones congoleñas de las provincias Kivu Norte y Kivu Sur. La llegada al poder en Uganda y Ruanda de los hombres fuertes de las potencias anglosajonas fue una descomunal desgracia para toda África, cuya amplitud se vislumbra mejor con el tiempo.

También fue el 1 de octubre, pero de 2010, cuando honestas manos pequeñas e invisibles de la ONU lograron sacar a la luz EL INFORME, así con mayúsculas, el informe más importante hasta la fecha para la región, que documenta 617 crímenes cometidos en Congo RD, entre 1993 y 2003. Este informe sí presenta las pruebas necesarias para que, llegado el caso de sentar a los responsables del actual gobierno de Ruanda ante un tribunal competente, constituirían crímenes de guerra, crímenes de lesa humanidad y actos de genocidio. 

Ayer, Kambale Musavuli  publicó en sus redes sociales un emotivo homenaje a ese día. Lo traduzco íntegro aquí, porque no podría resumirlo: 

viernes, 8 de agosto de 2025

Craig Murray: Las mismas personas se benefician de las guerras de todo el mundo

Hoy queremos recomendar esta importante charla que pronunció Craig Murray en 2016, en Londres. Habla de su participación en las negociaciones de paz de Sierra Leona, en 1999. La transcripción y traducción están mínimamente editadas para su mejor comprensión.

 

Craig Murray es un ex embajador británico en Uzbekistán y ahora comunicador y activista por los derechos humanos. Como embajador, Craig ha dado el valiente ejemplo de denunciar las prácticas inhumanas de la llamada guerra contra el terror, lo que provocó el fin de su carrera diplomática.

 

 

(0:44) Me gustaría compartir algunos pensamientos con ustedes hoy. Quiero hablarles sobre algo de lo que nunca he hablado antes, de hecho: mis experiencias negociando un tratado de paz en Sierra Leona y cómo resulta que las mismas personas están detrás de guerras en partes muy diferentes del mundo.

Cuando era embajador en Uzbekistán, donde Estados Unidos cooperaba con una dictadura terrible y donde la CIA enviaba personas para ser torturadas como parte del programa de rendición extraordinaria. La razón de esa alianza era principalmente que empresas estadounidenses, inicialmente Enron de hecho, habían firmado contratos para monopolizar las reservas de gas natural de Uzbekistán y existía un plan para construir un gasoducto desde Asia Central a través de Afganistán que sería construido por una compañía llamada Unical. El contrato entre Enron y el gobierno de Uzbekistán fue firmado en la oficina del gobernador de Texas cuando George W. Bush era gobernador y George H. W. Bush [padre] estaba en la junta directiva de Unical, que iba a construir el gasoducto a través de Afganistán, y esa era la razón, por así decirlo, de la alianza entre Uzbekistán y EE.UU., que encontré particularmente inmoral en lo referente a las rendiciones extraordinarias, lo cual intenté detener y... en lugar de eso, me despidieron.

Pero quiero hablar de algo anterior en mi carrera, cuando era el jefe de la delegación británica en las conversaciones de paz en Sierra Leona, porque creo que Sierra Leona es bastante interesante.

En el Reino Unido, la invasión británica de Sierra Leona, que fue en 2000 o 2001 [Con el gobierno de Tony Blair], se presenta como el ejemplo de intervención militar humanitaria que demuestra que las intervenciones militares humanitarias funcionan. Quiero explicarles por qué eso no es cierto y también darles algunos antecedentes sobre por qué la diplomacia internacional no funciona, porque esencialmente a las personas en el poder no les interesa que funcione.

Yo estaba a cargo de la política hacia Sierra Leona en el Reino Unido cuando era subjefe del Departamento de África del Ministerio de Relaciones Exteriores británico. Sierra Leona es un ejemplo interesante de problemas del legado colonial que destruyen un país. Generalmente se encuentra que la mayoría de los conflictos en África que describimos como tribales en realidad se remontan, su causa raíz es el asentamiento colonial y el desplazamiento de pueblos de sus tierras, y la consiguiente dislocación en esos países. Es interesante porque Sierra Leona, que limita con Liberia, fue el ejemplo británico de una colonia establecida para esclavos liberados, por lo que quienes la establecieron tenían motivos aparentemente buenos; el problema, por supuesto, para los locales es que si estás siendo desposeído y expulsado de tu tierra, en realidad no te importa si es un hombre blanco o un esclavo liberado quien te lo hace.

jueves, 5 de junio de 2025

Annobón y la descolonización a la española



El pasado día 21 de marzo, un grupo de annoboneses se manifestaba por enésima vez en Madrid para romper el silencio sobre la dura situación que atraviesa su pueblo. 

Annobón es una isla de 17 kilómetros cuadrados que se encuentra en el Océano Atlántico, debajo del archipiélago de Santo Tomé y Príncipe, a unos 335 kilómetros de las costas de Gabón. Es una isla volcánica rodeada de aguas muy profundas. Sus habitantes rondan entre los 11.000 y los 12.000, aunque la mayoría están en el exilio. En la isla permanecen unas tres mil personas que, según los annaboneses que viven en España, «está sufriendo un exterminio lento y silencioso». 


 Esta pequeña isla, ubicada en el hemisferio sur, pertenece a Guinea Ecuatorial por caprichos de la colonización y descolonización, como el resto de pueblos y culturas africanas. Annobón fue colonizado por los portugueses en 1471 y utilizada como punto estratégico de escala en el comercio transatlántico de esclavos

En 1778, Portugal cedió la isla a España. Durante más de un siglo España descuidó este territorio hasta que en 1898, cuando perdió Cuba, comenzó a ejercer un control más férreo de los territorios colonizados en África. Sus únicas colonias en el continente eran el Sáhara Occidental, la isla de Fernando Po (isla de los Bubis, hoy Bioko), la isla de Annobón y el territorio continental conocido como Río Muni (donde viven los Fang, además de en Gabon y Camerún), lo que hoy es la parte continental de Guinea Ecuatorial. España explotó sus territorios y a sus pueblos, como el resto de las potencias coloniales europeas y cuando llegó la década de las independencias, se resistió a desprenderse de sus colonias. 

Descolonización “a la española”

Mientras que Portugal, bajo la dictadura de Salazar, libró sangrientas y prolongadas guerras de descolonización, otras potencias coloniales como Bélgica, Francia y Gran Bretaña cedieron ante los movimientos independentistas africanos, aunque mantuvieron el control político y económico mediante gobiernos títeres. En muchos casos, las antiguas potencias continuaron explotando los recursos africanos, controlando los ejércitos, el comercio, la cultura e incluso, en el caso de Francia, la moneda.

España no fue diferente, pero su situación era peculiar: vivía inmersa en una dictadura fascista y no estaba preparada para hablar de independencia ni democracia. Solo cedió ante las presiones de la ONU, y lo hizo a regañadientes y de manera caótica.

lunes, 31 de marzo de 2025

¿Alerta de catástrofe biológica? Nada importante

 

El día 27 de enero, el director regional para África del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), Patrick Youssef, hablando a los periodistas en Ginebra, expresó la alarma del CICR por el riesgo existente de una catástrofe bacteriológica en el este de la República Democrática del Congo, RDC. 

Youssef señaló que el recrudecimiento de los combates en la entonces asediada, hoy ocupada, ciudad de Goma, podía desencadenar una grave catástrofe, si los cortes de electricidad que se estaban produciendo, provocaban la ruptura de la cadena de frío en la conservación de los patógenos almacenados en el National Institute of Biomedical Research (INRB) de Goma. Una «fuga de muestras de ébola y otros agentes patógenos», explicó, «podría desencadenar una catástrofe de consecuencias inimaginables». 

A pesar de la gravedad, semejante alerta apenas tuvo eco entre los medios y autoridades occidentales. Tampoco ningún organismo internacional mostró preocupación ni pública, ni oficialmente, mucho menos ningún gobierno occidental ¡ni siquiera africano! ¡Ni siquiera el propio gobierno congoleño! Nadie mostró preocupación alguna, al menos de manera pública.

Tanto la alerta como el silencio ante la misma plantea muchas preguntas ¿Cómo es posible que los medios independientes no le den importancia a este riesgo tan real? ¿Cómo es posible que los gobiernos ni lejanos ni cercanos se preocupen? Por otro lado ¿A quién se le ocurre tener un laboratorio de material tan peligroso y delicado en una de las zonas más inseguras e inestables del mundo desde hace décadas? Y ¿Por qué no conocemos al o a los responsables de tamaña negligencia? ¿Quién permite esto?

Solamente la AFP publicó las palabras de Youssef en una nota el día 28 de enero, como si de un desliz se tratase. A partir de la nota de la AFP la noticia se reprodujo en diversos medios no occidentales como Alarabiya News, The Hindu, la Citizen TV de Kenia, This is Beirut, Ciudad CCS de Venezuela, en algún medio menor de Argentina, de Chile… el periodista Max Blumenthal, con sus más de 700.000 seguidores, probablemente fuera el que más efecto de difusión tuvo, cuando habló de ello el día 30 de enero.

Así mismo, ni la Unión Europea, ni la Unión Africana, ni la OMS… ningún organismo emitió preocupación ni mostró interés alguno. Solo pude encontrar una declaración oficial de un gobierno: el ruso. La agencia rusa de Protección al Consumidor, de nombre Rospotrebnadzor, emitió un comunicado oficial sobre el asunto el día 28 de enero.

El laboratorio en cuestión se dice congoleño, pero en realidad es total responsabilidad de Francia y de Estados Unidos, financiado principalmente a través de la USAID y muy seguramente dirigido por el USAMRIID el (United States Army Medical Research Institute of Infectious Diseases), el más activo centro de investigaciones en materia de bio warfare, o guerra bacteriológica, del mundo.

La agencia rusa en su comunicado considera una «irresponsabilidad» por parte de Estados Unidos y Francia el trabajar con patógenos peligrosos en territorio de terceros países y asevera: «Esto es otra prueba más de que acumulan muestras de agentes como el ébola o la viruela sin garantía de seguridad en las infraestructuras», lo cual es una «actitud negligente de Washington y sus aliados».

El CICR no volvió a mencionar el tema explícitamente, como si de un desliz se hubiera tratado; solamente se podía leer en sus mensajes de redes que pedía a todas las partes beligerantes que respeten «infraestructuras críticas y esenciales como los laboratorios y los hospitales». 

Consulté a Francine Kongolo, de CICR de Kinshasa, y ella me aclaró el desvelo y enorme esfuerzo realizado por su organización durante las pasadas semanas:

«En efecto, el edificio del Instituto Nacional de Investigación Biomédica (INRB), situado en Goma, representaba un riesgo mientras se desarrollaban los combates con artillería pesada. Si la integridad física del INRB se veía afectada o si se interrumpía la cadena de frío, se trataba de un peligro potencial que podía traspasar las fronteras de la RDC.

El CICR tuvo que trabajar para ayudar a asegurar el perímetro del emplazamiento del INRB contra los saqueos. El CICR también colocó un emblema de la Cruz Roja en el tejado del INRB para que fuera claramente visible desde el cielo y no pudiera confundirse con un objetivo militar. El CICR también suministró combustible al INRB para evitar cortes de electricidad y mantener la cadena de frío».

martes, 25 de febrero de 2025

¿Qué esta pasando en la RDC?

La misma guerra silenciada que lleva sufriendo desde hace 30 años.

El vasto territorio de la República Democrática del Congo (RDC) es, probablemente, la zona más rica del planeta en recursos naturales, sobre todo en su parte este, coincidente con la cola final de la falla tectónica del Valle del Rift, donde los minerales emergen desde más profundidad y en mayor concentración. A su vez, sus pueblos son de los más pobres del mundo, según las mediciones de desarrollo y pobreza de la ONU. Frente a la narrativa normalizada de “la maldición de la riqueza” hay que recordar que la verdadera maldición no es la riqueza natural, es el sistema capitalista, que prioriza los beneficios económicos frente a la vida de las personas.

Desde que Estados Unidos y Bélgica, con apoyo de todas las potencias occidentales, acabaron con el sueño de independencia del gran Congo, asesinando a Patrice Lumumba, las potencias occidentales han ejercido el control sobre esa riqueza mediante toda la violencia que haya sido necesaria. En las últimas décadas, China ha llegado como nuevo socio comercial y hoy en día es uno de los principales exportadores de recursos naturales del Congo, aunque el gigante asiático no emplea la violencia para extraer materias primas, como tradicionalmente hace Occidente. 

No es la RDC, ni la UE, ni China, ni Rusia quien se ha tomado la molestia de calcular cuánto vale (en dólares) el subsuelo todavía por explotar de la RDC, ha sido Estados Unidos. Según la US Geological Survey, el valor de las reservas minerales estratégicas del Congo sin explotar todavía, es decir, no se contabilizan aquí las inmensas materias primas congoleñas que abastecen ya los mercados internacionales, es de 24 billones de dólares. Para comparar podemos poner esta cifra al lado del Producto Interior Bruto de toda la Unión Europea, que es de 17.7 billones de dólares. La “molestia” de hacer estos cálculos ya nos dan una idea de quién anda detrás de qué.
 

sábado, 1 de febrero de 2025

África Presente y futuro

 A muchos todavía no nos entra en la cabeza, pero ya llevamos vivida una cuarta parte del siglo XXI. La ciencia ficción nos ayudó a imaginar, no hace tantos años, cuán evolucionados íbamos a estar en este momento. Y aquí nos vemos, una cuarta parte de la centuria consumida, y la evolución humana es… digamos … “digna de estudio”.

Para analizar esta evolución como sociedad, hay que precisar que no es lo mismo mirar al mundo desde Europa, o cualquier país occidental, que desde Asia, África o América Latina. Desde la periferia y semi-periferia, en definitiva. 

 

Aunque el globo resultó no ser una aldea global; si lo fuera y tuviera 100 habitantes, los europeos como nosotros apenas seríamos un par de gatos en un callejón. Todos los occidentales seríamos 12 personas entre 100 y los europeos occidentales tan sólo 5. Con esto quiero remarcar que nuestra apreciación de este mundo, relajémonos, aparte de a nosotros mismos, no le interesa a casi nadie. 

Todos los occidentales somos el millar de oro, como nos llaman por ahí: 1.000 millones que vivimos entre 8.000 millones de personas, y nos creemos de oro; consideramos que el mundo entero es nuestro y es nuestra responsabilidad ver qué hacer con esos otros 7.000 millones de personas que son pobres y subdesarrolladas sin que aparentemente nosotros, el millar de oro, tengamos nada que ver con eso.
 

África

África es un gran continente que consta de 55 países vibrantes, llenos de vida y potencial. En total tiene más de 1.500 millones de habitantes. La edad media es de poco más de 19 años. Es la segunda región más poblada, por detrás de Asia, y tiene la población más joven del mundo. Hay más de 3.000 pueblos diferentes con sus lenguas y culturas particulares. Serían 19 personas entre las 100 de la aldea imaginaria.

Históricamente, este continente ha sido muy importante para el resto del mundo, no solo porque es la cuna de la humanidad, sino porque su explotación y expolio permitió el inicio, o la acumulación primaria, del sistema económico imperante que conocemos hoy, el capitalismo. En el siglo XXI, la deshumanización de los y las africanas, el robo de su tierra y sus recursos, de su soberanía y hasta de su conciencia, siguen dando sus réditos a Occidente, que explotó y esquilmó a África durante los últimos cinco siglos y cuarto. África es el continente más empobrecido desde el siglo XV, no por su propia idiosincrasia, sino por la desgracia de haber sido “descubierta” por los bárbaros europeos. Su historia es rica y sería una gran lección para toda la humanidad si se estudiara con profundidad y veracidad. Lamentablemente, eso no se hace y la reducimos a su pobreza y “subdesarrollo”.

Dejando a un lado el sarcasmo y la extra-simplificación de toda la historia en un párrafo, es innegable que lo que trae en la mochila África al siglo XXI es básicamente miseria. Es la región peor parada de todas las regiones víctimas del capitalismo occidental. La peor. Pero eso se acabó. El mundo está cambiando a gran velocidad y ya no hay marcha atrás. Hoy, a pesar de la mochila repleta de dificultades y peligros, África contempla un horizonte lleno de luz y esperanza. Este continente ha estado muy despierto, siempre lo estuvo, y va a entrar en el segundo cuarto del siglo XXI brillando, celebrando su tan ansiada liberación. 


domingo, 1 de diciembre de 2024

Dosier sobre Guerras en África

Documentándome sobre militarización de África, en los últimos días de 2024, me exaspera como siempre la falta de información de calidad que encuentro en internet. 

De repente he dado conmigo misma, y no ha sido a través de Google, el motor de búsqueda no ofrece el texto, pero sí el anuncio de una charla que di en la Universidad de Zaragoza sobre este asunto en 2016. 

Escribí este Dossier para la humilde revista de UMOYA de junio de 2016, su número 84. Hoy añadiría muchas fuentes alternativas a las que cito en este trabajo. No voy a actualizar los conflictos que menciono, que son de 2015, porque no es lo que me ha causado asombro. Me asombra lo “ACTUAL” que sigue siendo todo esto, este modo de funcionar del mundo unipolar que hoy muere matando. 

Vuelvo a publicar (Por primera vez en el blog) este trabajo que, con datos de 2015, sigue estando vigente en el sentido de que lo importante es ocultado y lo que las instituciones académicas y los medios muestran es una trágica parodia a la que debemos dejar de hacer caso.
Hoy se nos está arrastrando a una guerra global con las mismas patrañas de siempre.

Guerras en África, ese manido argumento

 

Photo by: US Africa Command Public Affairs

“Las guerras en África” es un recurso muy manoseado cuando se habla de inmigración, de cooperación, desarrollo/subdesarrollo, de seguridad, de ética, de cultura, hasta de bondad y maldad humana. Le atribuimos a “Las guerras en África” todo un repertorio de males. Es parte de ese imaginario eurocentrista -“las guerras en África”, “el hambre en África”, “dictadores africanos”- con que justificamos nuestras injerencias descerebradas, interesadas, ilegítimas incluso criminales en países soberanos que no conocemos. Nos autoconvencemos de que los africanos son diferentes a nosotros, inferiores más concretamente. Estamos convencidos de que son capaces incluso de descuartizarse unos a otros a la mínima chispa. Presuponemos que siempre están sumidos en guerras inexplicables y presuponemos que nuestro bando (los blancos) siempre es el de los “buenos”, cuya misión es solamente enseñar al mundo a vivir en paz. Pero estas presunciones son tan inconscientes, tan alejadas de la realidad, que rayan la criminalidad involuntaria, o criminalidad, a secas. 

Preguntémonos cada vez que nos venga a la boca en cualquier ocasión “Las guerras en África” ¿qué sabemos de África? Esa comarca, en el sentido tolkieniano de la palabra, de cataclismos y calamidades, que nos representan los medios y los libros de historia. Apenas sabemos nada. Y sobre todo ¿qué sabemos de cómo se gestan y por qué los conflictos? Sabemos mucho menos aún.

Países y pueblos soberanos que no conocemos

África consta de 55 países si contamos -como cuenta la Unión Africana- a la República Árabe Saharaui, desde 1982. 

Su población es de más de 1.200 millones de personas en total, de los cuales el 70% tiene menos de 30 años. (La media es de 19 años). Se hablan 1.300 lenguas y hay más de 3.000 pueblos con identidad propia. La diversidad de culturas, regímenes políticos, modos de vida, niveles de desarrollo, etc es inmensa. Su juventud tiene en común, como toda la gente joven del mundo, que quiere vivir en paz, quiere prosperidad para sí y los suyos, quiere ser dueña de su futuro, formar una familia a la que brindar un futuro lleno de paz, seguridad y bienestar. Los africanos quieren lo que queremos todos, que no nos quepa duda.

Siempre se nos ha enseñado una África falsa, se ha dibujado un continente a medida de las necesidades acaparadoras de Europa, sin tener en cuenta la realidad. En las clases de historia se nos ocultó que antes de la colonización en África había civilizaciones, algunas de ellas mucho más avanzadas que las europeas, que fueron aniquiladas por nuestros antepasados. Casi todos los mapas que conocemos están manipulados para reducir el tamaño de África y aumentar el de Europa. Arno Peters, un cineasta alemán, publicó en 1956 un mapa conocido como “Proyección de Peters” que representaba la verdadera proporción de los continentes en el mundo y a muchos todavía nos resulta raro, porque estamos acostumbrados al otro, el que engrandece Europa y empequeñece África. Todavía en muchas instituciones educativas y obras de historia se sigue manipulando el tamaño de África con la excusa del lobo feroz “es para ver mejor” nuestro propio continente.

Tampoco se nos contó honestamente cómo Europa se repartió “legalizadamente” África, como un pastel, en la conferencia de Berlín, 1885. A lo largo de todo el siglo XIX los países europeos no podrían haber tenido su revolución industrial sin cantidades ingentes de materias primas que Europa no tenía y fue a buscar -o robar- a África. Gracias a esos saqueos infligidos a los pueblos africanos se robusteció el incipiente sistema capitalista, esto es la colonización.

Antes, el sistema capitalista se había afianzado gracias a la esclavitud. El norte llevaba más de un siglo secuestrando a personas en África para emplear como mano de obra para su “Desarrollo”. El comercio de esclavos alcanzó su máxima a finales del siglo XVIII. 60 millones de personas fueron secuestradas, de las cuales 24 millones fueron a parar a América, 12 millones a Asia y 7 millones a Europa. Los otros 17 millones murieron en el camino.

Las peores guerras que los pueblos africanos han llevado a cabo son las de las heroicas y estoicas resistencias a la invasión (colonización) de las potencias europeas, que obligaron a estados como Francia e Inglaterra a desplegar las mayores campañas militares de su historia. Y después las guerras de las independencias, contra las mismas potencias europeas. Fueron sangrientas por la crueldad de los europeos, pero también por la resistencia de los africanos a ser oprimidos y privados de su dignidad.

Hecha esta breve contextualización, necesaria antes de empezar a hablar de las guerras en África, quiero negar rotundamente que el continente africano sea un pozo de desolación, hambre y guerra. Esto existe, pero no es todo. Aunque aquí nos vayamos a centrar en las guerras, África es mucho más que eso.
12 conflictos y 37 tensiones oficiales en África.

 

Según el último barómetro publicado por la Universidad Autónoma de Barcelona, UAB, basado en lo acontecido durante el tercer trimestre de 2015, en África había 12 conflictos armados y 37 tensiones. Este barómetro es un informe trimestral del Programa de Conflictos y Construcción de Paz de la Escola de Cultura de Pau de la UAB que detecta los conflictos armados y las tensiones, además de los procesos de paz, en todo el mundo.

sábado, 6 de abril de 2024

6 de abril de 2024

Odio este aniversario, si pudiera, me metería en un hoyo en la tierra como un avestruz hasta pasados unos días. Odio ver las lágrimas de cocodrilo de los criminales, principales impulsores, instigadores y perpetradores del genocidio de Ruanda. Un genocidio que explotó una tarde como hoy, del 6 de abril, hace 30 años, con el ataque terrorista que el FPR perpetró contra el avión presidencial de Juvenal Habyarimana. Odio presenciar cómo sus relatos falsos, cínicos y embusteros son escuchados como homilías por todos los medios acríticos, al servicio de sus dueños, que no de la verdad. Clinton, Blair, Kagame... qué asco me da ver sus caretos en los medios. Mañana haré Black-Out para no verles. 

Tanto sufrimiento, tanta muerte, tanta sangre, tanto miedo, tanto dolor, tanta impotencia… y el mundo ni se inmuta. 

6 de abril... qué día más espantoso: los hipócritas criminales, depravados fariseos entonando su canción de “nunca más” desde su tétrico escenario de marionetas para mentes incautas, pero repitiendo la historia sin parar en el mundo real. Ayer Ruanda, hoy Palestina… y todos dormidos y callados.

¿¡Qué nos hace falta para reaccionar!? Esta pregunta me consume. 

Ruanda, el hermoso país de las mil colinas, todavía está regado de sangre. Un río enorme de sangre llega hoy desde Ruanda hasta el Congo. La sangre no se ha secado porque la memoria, como la verdad, no se seca. Su genocidio está oculto y enterrado a plena luz del día por los medios mercenarios. Exactamente como el genocidio de los Palestinos… La sangre de los inocente corre a mares ante nuestra mirada impávida.
 

El genocida Paul Kagame y el genocida Benjamin Netayahu se consideran hermanos y sus élites racistas y sionistas se consideran "pueblos hermanos". ¿Lo sabíais? Pues sí, son tal para cual, se abrazan con exaltación escalofriante.

Los sionistas se apropiaron la categoría de “víctimas de genocidio”, eran como Gollum, “mi tesorooooo”, no quisieron nunca compartir su tesoro con nadie más en este mundo, hasta que llegó el FPR Inkotanyi de Kagame. Fue como mirarse en un espejo. Con ese tesoro compartido como hermanos se han arrogado el derecho a cometer ellos mismos genocidios impunemente, ante la mirada del mundo, protegidos por el violento matón de este barrio unipolar que se está cayendo a trozos.

No sé cuánto tiempo más lograrán salir impunes, si alguien llegará a hacerles pagar por sus horrendos crímenes algún día o si morirán pacíficamente en la cama de viejos. Solo sé que si pudiera pedir un solo deseo a una lámpara mágica, no pediría el castigo de estos asesinos en masa ¡Pediría que todo el mundo despertase, reaccionase, abriera los ojos, dejase de ignorar tanto sufrimiento! Entonces la justicia y todo lo demás vendría rodado.


No se me ocurre mejor homenaje a las víctimas del genocidio de Ruanda que este vídeo del canal del gran Mayans, con Silvia Delgado Fuentes y Amal Ahmed Albaz, sobre el actual genocidio de los palestinos. 

He recordado con ellos a tanta gente que cayó aterrorizada bajo la cruel arma de los genocidas hace 30 años en Ruanda y sigue cayendo hoy en Palestina.

Mi corazón llora por todos ellos y ellas, pero la digna resistencia de hoy y la digna memoria de las víctimas supervivientes de hace 30 años me lo reconforta y llena de esperanza.

martes, 5 de marzo de 2024

505 disparos. 14 muertos. La tragedia de Tarajal

¿A quién le sorprende que el Tribunal Penal Internacional se haya puesto de parte del genocida y en contra de las víctimas? La justicia en Europa no está pensada para los pobres. Y menos para las víctimas que los estados de la Europa occidental consideran de tercera categoría, como los palestinos o los africanos.

Se cumplieron 10 años de la tragedia del Tarajal, donde 14 personas africanas fueron asesinadas mientras intentaban entrar a nado en Ceuta.

Las víctimas no han recibido justicia. Las familias no han recibido reparaciones ¿Cómo van a ser reparadas si ni siquiera se les han enviado los cuerpos de sus hijos para darles sepultura? 

Esto es la norma en Europa, donde este crimen conmueve o importa a una minoría muy minoritaria; a muchos, arrebatar la vida a alguien para “desincentivar la inmigración” les parece un “trato proporcionado”, siempre con la inestimable ayuda de la desinformación de los medios.

En la madrugada del día 6 de febrero de 2014, unas 300 personas africanas se lanzaron en masa a intentar cruzar la frontera de Marruecos con Ceuta, uno de los enclaves de España en el continente africano. Suelen hacerlo así, en masa, para que las fuerzas de seguridad marroquíes y españolas se vean desbordadas y por mucha violencia que empleen, no puedan contener a todos. Algunos, los más hábiles, ágiles, afortunados o intrépidos logran entrar en ese enclave de la fortaleza Europa, (¡que no es espacio Schengen!). Es muy habitual que las fuerzas de seguridad españolas apresen a quienes han logrado entrar y los devuelvan “en caliente” a Marruecos, que se encargará de seguir ejerciendo de guardián subcontratado de la rica Europa.

jueves, 18 de enero de 2024

Wael al-Dahdouh es un héroe

 Hace años que sigo Proximities, la selección diaria de tres noticias que hace el periodista Barry Malone. Cada tarde, el periodista nos envía a los suscriptores un resumen de las tres noticias del día que él considera importantes, pero que los medios principales no han dado la importancia que merecen, por ser noticias de países olvidados por Occidente, asuntos de países y pueblos de la periferia comunicacional. 

Me gusta porque es realmente rápido de leer, ofrece la posibilidad de leer más sobre el asunto, si lo deseas, porque es absolutamente neutro y porque su selección ¡está sacada de los mismos medios maintream! criticados. Son las noticias que los principales medios utilizan de relleno, a las que no dan grandes titulares, las que no se repiten hasta el hartazgo, son asuntos que no llegan a los partes de noticias de nuestras televisiones a la hora de comer.

Es verdaderamente práctico para mí, me ahorra un tiempo que no quiero perder ojeando los medios comerciales occidentales que nos ocultan el mundo, utilizando una expresión del gran Pascual Serrano, para ver qué sacan y con qué mirada, por pequeño que sea el espacio asignado, su mirada siempre es mainstream.

Barry Malone nunca opina ni personaliza su selección. Pero el día 16 de enero no pudo evitar hacer un comentario personal con el que me identifico totalmente. Me tocó la fibra de periodista y el corazón.

Este fue el comentario:

«El jefe de la oficina de Al Jazeera en Gaza, Wael al-Dahdouh, ha abandonado hoy Gaza por el paso fronterizo con Egipto antes de viajar a Qatar, donde será operado de las heridas que sufrió en un ataque aéreo israelí. Su esposa, su hija, su hijo y su nieto murieron en un ataque aéreo israelí en octubre. Su colega y amigo Samer Abu Daqqa murió en diciembre en el ataque que también hirió a Wael. Y su hijo Hamza, también periodista, murió en un ataque selectivo contra un vehículo el 7 de enero. A pesar de todo -de alguna manera- Wael siguió informando, diciendo que era importante que el mundo viera lo que estaba ocurriendo. Perdónenme por hacer algo que nunca hago en Proximities, hablar personalmente: Wael me recuerda lo que es importante en el periodismo. No se trata de sentarse detrás de un escritorio a pontificar sobre el mundo, no se trata de verter todas tus opiniones en las redes sociales, no se trata de anuncios de televisión y columnistas estrella y premios. Se trata de dar testimonio. Nadie ha encarnado eso como Wael y decenas de otros periodistas palestinos en los últimos tres meses, soportando las circunstancias más infernales. Siempre será mi héroe en este oficio.
Más información de AFP vía France 24 [link].»

 


No hay mucho más que añadir. 

El genocidio que Israel está cometiendo en Palestina, ante la mirada impasible del mundo es desolador, espantoso, horrible. 

Los periodistas que pierden su vida por intentar mostrar al mundo la realidad son héroes. Héroes para el #Periodismo y héroes para toda la humanidad.

¡Qué terrible! que mueran por una verdad a la que la mayoría de la sociedad (al menos la occidental) no hace ni caso.