jueves, 18 de enero de 2024

Wael al-Dahdouh es un héroe

 Hace años que sigo Proximities, la selección diaria de tres noticias que hace el periodista Barry Malone. Cada tarde, el periodista nos envía a los suscriptores un resumen de las tres noticias del día que él considera importantes, pero que los medios principales no han dado la importancia que merecen, por ser noticias de países olvidados por Occidente, asuntos de países y pueblos de la periferia comunicacional. 

Me gusta porque es realmente rápido de leer, ofrece la posibilidad de leer más sobre el asunto, si lo deseas, porque es absolutamente neutro y porque su selección ¡está sacada de los mismos medios maintream! criticados. Son las noticias que los principales medios utilizan de relleno, a las que no dan grandes titulares, las que no se repiten hasta el hartazgo, son asuntos que no llegan a los partes de noticias de nuestras televisiones a la hora de comer.

Es verdaderamente práctico para mí, me ahorra un tiempo que no quiero perder ojeando los medios comerciales occidentales que nos ocultan el mundo, utilizando una expresión del gran Pascual Serrano, para ver qué sacan y con qué mirada, por pequeño que sea el espacio asignado, su mirada siempre es mainstream.

Barry Malone nunca opina ni personaliza su selección. Pero el día 16 de enero no pudo evitar hacer un comentario personal con el que me identifico totalmente. Me tocó la fibra de periodista y el corazón.

Este fue el comentario:

«El jefe de la oficina de Al Jazeera en Gaza, Wael al-Dahdouh, ha abandonado hoy Gaza por el paso fronterizo con Egipto antes de viajar a Qatar, donde será operado de las heridas que sufrió en un ataque aéreo israelí. Su esposa, su hija, su hijo y su nieto murieron en un ataque aéreo israelí en octubre. Su colega y amigo Samer Abu Daqqa murió en diciembre en el ataque que también hirió a Wael. Y su hijo Hamza, también periodista, murió en un ataque selectivo contra un vehículo el 7 de enero. A pesar de todo -de alguna manera- Wael siguió informando, diciendo que era importante que el mundo viera lo que estaba ocurriendo. Perdónenme por hacer algo que nunca hago en Proximities, hablar personalmente: Wael me recuerda lo que es importante en el periodismo. No se trata de sentarse detrás de un escritorio a pontificar sobre el mundo, no se trata de verter todas tus opiniones en las redes sociales, no se trata de anuncios de televisión y columnistas estrella y premios. Se trata de dar testimonio. Nadie ha encarnado eso como Wael y decenas de otros periodistas palestinos en los últimos tres meses, soportando las circunstancias más infernales. Siempre será mi héroe en este oficio.
Más información de AFP vía France 24 [link].»

 


No hay mucho más que añadir. 

El genocidio que Israel está cometiendo en Palestina, ante la mirada impasible del mundo es desolador, espantoso, horrible. 

Los periodistas que pierden su vida por intentar mostrar al mundo la realidad son héroes. Héroes para el #Periodismo y héroes para toda la humanidad.

¡Qué terrible! que mueran por una verdad a la que la mayoría de la sociedad (al menos la occidental) no hace ni caso.

martes, 2 de enero de 2024

Sionismo y África (Parte II)

África y la Guerra santa contra el Islam

Desde su nacimiento, Israel ha buscado denodadamente aliados y clientes en África, igual que en el resto del mundo. En 2017 tenía previsto celebrar una cumbre Israel-África en Togo, al estilo de las cumbres de Europa, Estados Unidos, Rusia o China. Israel anunciaba a bombo y platillo que Netanyahu se iba a reunir con “25 líderes africanos”, pero al final esa cumbre nunca se celebró porque los líderes africanos no acabaron de confirmar su asistencia. Los países africanos apoyan la lucha palestina y no son engañados fácilmente por la propaganda blanqueadora del sionismo. Comprenden que el sionismo es colonialismo y ellos mismos han sufrido y sufren el colonialismo de las potencias occidentales. 

Hasta su asesinato por parte de la OTAN, en 2011, Gadafi lideraba este apoyo a Palestina contra Israel. El líder libio declaró en repetidas ocasiones que no tenía «nada contra los judíos, sino contra el sionismo» y sobre el sionismo también decía que «está detrás de cada conflicto en África». Actualmente, este apoyo a Palestina está liderado por Argelia y por Sudáfrica, que tiene muy reciente su propio apartheid por lo que comprenden cómo opera el apartheid sionista en Palestina. 

Cuando la Organización para la Unidad Africana se transformó en Unión Africana, en 2002, Israel intentó seguir teniendo un escaño como estado observador y amigo, como lo tenía en la anterior organización (fuertemente controlada por las expotencias coloniales), pero una coalición de países liderados por Gadafi se opuso. Hoy todavía Israel intenta por todos los medios obtener ese estatus y la UA sigue negándose por ahora. Pero el sionismo es maestro en la reescritura de la historia, en la conquista de las mentes y corazones con nocturnidad y propaganda, muy sibilina e insistentemente. 

 

El estadounidense Kevin Barrett, doctor en estudios árabes, islámicos y africanos, afirma que Estados Unidos es una «colonia del sionismo», cuando analiza con mirada crítica la guerra contra el terror de su propio gobierno. Barrett define la “guerra contra el terror”, iniciada por Bush después del 11-S de 2001, como una «guerra santa contra el Islam». Él y otros investigadores como James Petras y Stephen Sniegoski defienden que Estados Unidos, con el inicio de la “Guerra contra el terror”, adoptó la agenda israelí, actuando contra sus propios intereses y defendiendo los de Israel, un poco inconscientemente, influenciados por los sionistas de dentro y fuera de la administración Bush, quien llegó a definir públicamente la “guerra contra el terror” como una «Cruzada», una guerra santa. 

Este plan comenzó con la ocupación de la tierra santa del Islam, Palestina, y se globalizó cuando el imperio estadounidense entró a formar parte de él. La nueva civilización enemiga designada por el amo del mundo ya no era la eslava o rusa de la guerra fría, ahora era la árabe. Con la ayuda del Estados Unidos, el sionismo ha llegado mucho más lejos en su cruzada contra el islam de lo que hubiera llegado por sí solo. 

En este contexto, se pueden encontrar muchos análisis bien argumentados que exponen la erosión del apoyo africano a la resistencia palestina con el paso de los años, gracias a la maestría en propaganda del sionismo. 

Israel ha sellado acuerdos comerciales y de servicios con muchos países africanos. Sobre todo ofrece servicios en materia de seguridad y comercio de armas, agricultura, tecnología y medicamentos. Muchas empresas privadas y estatales israelíes venden armamento y formación a gobiernos y ejércitos africanos. Hay que recordar que todo el armamento y sistemas de espionaje y vigilancia que cualquier país adquiere a Israel y sus compañías privadas requieren formación posterior para su manejo. Además, con el muy conveniente advenimiento del terrorismo islamista, Israel ha despuntado como el mayor experto en combatir este tipo de terrorismo. Así ha conquistado a los gobiernos asediados por esta lacra como Kenia, Chad, Mali y Níger, entre otros. En algunos casos, como Níger, esto puede estar a punto de cambiar con la llegada de Rusia, con quien Níger ha firmado acuerdos en materia antiterrorista a principios de noviembre.

Aunque formalmente el gobierno de Níger pueda no tener relaciones diplomáticas abiertas con Israel, como sí las tiene el organismo económico regional ECOWAS, hay diversas empresas privadas de seguridad que por ahora operan libremente en el país. Como advertía Gadafi, no hay que subestimar la capacidad de los sionistas para entrar en todos los conflictos del continente y sacar provecho de ellos, cuando los gobiernos no establecen relaciones abiertas, lo hacen sus compañías privadas y si éstas son vetadas en algún país, ese trabajo de “seguridad” lo hacen las ONG israelíes, como se ha podido ver en muchas ocasiones por todo el continente, que bajo la bandera de la ayuda humanitaria, se hacía comercio de armas y otras materias como diamantes y minerales, o incluso espionaje.

Israel abastece de armas, municiones y entrenamiento, tanto militar como de inteligencia, a todas las partes de los conflictos por igual. No solo arma a los gobiernos, sino también a los movimientos de resistencia, a grupos terroristas, como la milicia yihadista Al-Nusra, incluso trabaja para garantizar la “seguridad” del saqueo de grandes multinacionales en países empobrecidos, como Exxon Mobil en Guinea Ecuatorial, o Chevron en Nigeria.