miércoles, 19 de junio de 2013

Las cumbres de “Ayuda”… a hacer negocios jugosos



El sistema de beneficiar con el dinero público los intereses privados, creo que se llama en lenguaje político “liberal”, se lleva aplicando a África muchos años. Prácticamente desde la independencia, como denuncia Michael Sata, presidente de Zambia y otros muchos de sus líderes.


Estamos acostumbrados a leer en nuestra prensa sobre cumbre de quien sea con o sobre África en términos de “ayudar” al continente, pero en la prensa africana se habla desde el otro punto de vista de estas cumbres: “La necesidad que tienen los países industrializados de nuestras materias primas para poder seguir manteniendo su nivel de vida nos pone en el centro de todas las cumbres”, los africanos saben muy bien para qué se organizan esas cumbres, y no es para ayudarles, sino para hacer negocios. Son numerosas, está la de Tokio, la France-Afrique, el foro China África, EU-África…


De forma paralela a las cumbres, lo que realmente pasa es que se firman jugosos contratos entre las empresas privadas de cada uno de los países “desarrollados” con los gobiernos de turno africanos, a cambio, como bien dice este periodista gabonés “de ayuda al desarrollo y otros favores a medida” de los gobernantes africanos. Ciertamente, las compañías privadas firman jugosos contratos y los gobiernos “pagan la cuenta” con “ayuda” del dinero de los contribuyentes. 


Ni los contribuyentes occidentales obtenemos beneficio de los contratos que puedan agenciarse las grandes compañías que se dicen de nuestro país (aunque cotizan en paraísos fiscales), ni los contribuyentes africanos obtienen beneficio de la ayuda que aceptan sus gobernantes, a cambio de malvender los recursos de todos. 

miércoles, 5 de junio de 2013

El cuento de nunca acabar en Madagascar: Los tres truhanes


La Corte Electoral Especial de Madagascar ha decidido mantener la candidatura de un trío ruinoso para la vida política del país, el trío calavera: Rajoelina, Ravalomanana y Ratsiraka. Me explico.

Allá por 2009, el joven disjockey Andry Rajoelina, como alcalde de la capital de Madagascar, Antananarivo, se convirtió en el abanderado de las protestas callejeras por los excesos y corruptelas del entonces presidente, Marc Ravalomanana, al que logró derrocar sin golpe de estado propiamente dicho, porque obtuvo el apoyo del ejército, que con su mera presencia, hizo que el multimillonario presidente pusiera pies en polvorosa. Marc Ravalomanana había creado un imperio de productos lácteos y agrarios, gracias a la “cooperación” de ONG y donantes internacionales, incluso obtuvo un crédito de un millón y medio de dólares bajo muy buenas condiciones ¡del Banco Mundial! Lo cual le permitió llevar su empresa Tiko a lo más alto. Después también se metió en otros negocios lucrativos como las fábricas de ropa (estilo Bangladesh) y la recogida de ropa de segunda mano.

Rajoelina se quedó como presidente con muchos inconvenientes que salvar, sobre todo por su juventud e inexperiencia, pero con el apoyo del ejército. Ravalomanana, siendo tan rico, tampoco andaba falto de apoyos, y fue visitando a los todos los presidentes de la región del sur de África, para obtener su apoyo contra Rajoelina.

Los líderes de la región, llamada SADC (Sudáfrica, Namibia, Botsuana, Zimbabue, Mozambique, Lesoto, Zambia, Malaui, Mauricio, Seychelles, Tanzania, Angola, Suazilandia, República Democrática del Congo y Madagascar) declararon presidente ilegítimo al joven Rajoelina, y exigieron que se celebrasen nuevas elecciones.