viernes, 27 de junio de 2014

Occidente llevó la homofobia a África, no la homosexualidad

De los 55 países de África, 39 condenan en diversos grados la homosexualidad, con multas y/o penas de prisión, e incluso la pena de muerte en algunos casos como Mauritania y Sudán, donde la ley -islámica- puede condenar a pena de muerte a los reincidentes, así como en algunos estados del norte de Nigeria y en algunos estados del sur de Somalia. En Lesotho, por ejemplo, la sodomía se legalizó en 2012. 


Se supone que Malawi está en proceso de cambiar sus leyes, ya que en 2012, la presidenta Joyce Banda suspendió todas las leyes que criminalizan la homosexualidad. Pero los últimos acontecimientos van más bien en dirección contraria, ya que en las pasadas elecciones del 20 de mayo de 2014, Joyce Banda perdió estrepitosamente el cargo frente a Peter Mutharika, hermano menor del antiguo presidente, Bingu Wa Mutharika, abiertamente homófobo.

Sudáfrica es el único país que recoge expresamente leyes contra la discriminación de los homosexuales. En algunos países la realidad dista mucho de la ley, como es el caso de Egipto, donde en teoría es legal ser homosexual, pero en la práctica los homosexuales son perseguidos y discriminados; tampoco está ilegalizada en Malí, Níger ni Chad, también en teoría.

martes, 10 de junio de 2014

El crimen o el derecho de ser migrante

“Los derechos humanos no son una cuestión de caridad, ni una recompensa por cumplir las leyes de inmigración. Los derechos humanos son algo inalienable que todo ser humano posee, esté donde esté, sean cuales sean sus condiciones”, esto es lo que la Alta Comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, la sudafricana Navi Pillay, se vio obligada a recordar a los europeos en Ginebra en 2011. Y es que parece que en Europa se nos olvidan estas nociones tan lógicas, elementales y consabidas desde hace muchos años. Nociones de las que por otra parte nos hemos auto designado padres creadores y guardianes indiscutibles.

Migrar es un derecho humano básico. Los migrantes están amparados por todos los textos legales que salvaguardan los derechos y libertades fundamentales. El principal y más alto tratado internacional, la Declaración Universal de los Derechos Humanos, adoptada por Naciones Unidas en diciembre de 1948, establece en su artículo 1 que “todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos”. En su artículo 2 especifica que “Toda persona tiene todos los derechos y libertades proclamados en esta Declaración, sin distinción alguna, por motivos de raza, color, sexo, idioma, religión, opinión política o de otra índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra condición social.” En el artículo 9, también recuerda que “Nadie podrá ser arbitrariamente arrestado, detenido, ni desterrado.” En el 13.1 dice que “Toda persona tiene derecho a circular libremente y a elegir su residencia en el territorio de un Estado.” Y en el artículo 14 “Toda persona tiene derecho a buscar y disfrutar de asilo en otros países contra la persecución.” Pero las leyes más fundamentales son papel mojado, letra muerta, frases bonitas y vacías que invocar en cualquier ocasión.