miércoles, 23 de julio de 2014

Comparaciones para el subconsciente, Ruanda e Israel

La ministra rwandesa de Exteriores, Louise Mushikiwabo, está de visita oficial de dos días en Tel Aviv, Israel. Muy apropiado momento y contexto. Ha visitado las tropas israelíes en la frontera con la franja de Gaza, para mostrar su apoyo a los soldados de Tzáhal y ha hecho estas declaraciones vacías y llenas de contenido a la vez: "Es hora de que la comunidad internacional le preste más atención a la complejidad de los conflictos regionales y tome plenamente en consideración el contexto. Esto requiere una mayor comprensión de las difíciles cuestiones subyacentes"

Nuestra amiga congoleña BK Kumbi alerta en Facebook "¿verán los congoleños ahora más de cerca la relación entre Israel y Rwanda? Si Israel logra tomar el control total de la tierra de los Palestinos, esto sentará un precedente. Luego los rwandeses podrán decir que a ellos también les prometió dios los territorios de Kivu Norte y Kivu Sur de Congo." 

Y es que estas declaraciones no significan nada concreto y lo significan todo, ¿qué quiere decir? ¿A qué se refiere? ¿a quién se refiere? ¿cómo se interpreta esto? ¿Por qué dice esto la representante de las élites tutsis (no de todos los tutsis), también llamados los judíos de África? 

martes, 1 de julio de 2014

La amenaza de Boko Haram y el fundamentalismo en Nigeria

El enfoque militar de línea dura contra Boko Haram por parte del gobierno nigeriano es inadecuado. El desafío de Boko Haram tiene dimensiones económicas, políticas y sociales que el gobierno ignora en detrimento de los nigerianos. Todas las fuerzas progresistas tendrán que intervenir ahora para oponerse tanto a Boko Haram como a los Estados que facilitan las condiciones para el crecimiento de los elementos terroristas.

«Venderé a vuestras hijas en el mercado», Abubakar Shekau.

 De vez en cuando, en la vida de una sociedad, un episodio o una serie de episodios conmocionan el sistema social y sacan a la luz llagas largamente enconadas que necesitan solución. El secuestro de más de 300 niñas y la depravación de quienes proclamaron que esas jóvenes serían vendidas como esclavas sexuales son uno de esos episodios. La declaración de Abubakar Shekau sobre la venta de las chicas en el mercado puso de manifiesto las profundas contradicciones de la sociedad nigeriana y exigió una resolución firme y clara ante las cuestiones de la esclavitud, la explotación, la violencia sexual, la opresión masculina y la manipulación de la religión para servir a las necesidades de determinados sectores de los saqueadores y fanáticos de Nigeria. En respuesta al secuestro, un movimiento global iniciado por mujeres en Nigeria se ha centrado en las cuestiones del terrorismo sexual, la masculinidad deformada y el tráfico de mujeres a nivel internacional. Este movimiento movilizado bajo el lema #BringBackOurGirls ha abierto nuevas vías de movilización política. La nueva coalición está liderada por mujeres y tiene el potencial de servir de base para un nuevo modo de hacer política en Nigeria y otras partes de África.
El extremismo religioso y la intolerancia, denominados fundamentalismo islámico, han cobrado fuerza en el norte de Nigeria desde principios de siglo entre algunos seguidores de la fe islámica. Estos fundamentalistas distorsionan las enseñanzas del Islam. Se representan a sí mismos como antiimperialistas que se oponen a las influencias culturales occidentales, al tiempo que tratan de instituir la ley islámica, incluyendo estrictos códigos de conducta. Las mujeres de Nigeria se han visto afectadas negativamente por este recurso al fundamentalismo. El fundamentalismo religioso (ya sea cristiano, hindú, islámico o judío) se basa en la opresión y la humillación de las mujeres.
En el pasado, los elementos gobernantes han politizado la religión y la etnia para desviar y confundir a los pueblos de Nigeria. La oligarquía del norte de Nigeria llevó la politización de la religión hasta el punto de que 12 estados del norte están ahora bajo la sharia. Boko Haram fue un peón en un juego a sangre fría para controlar el Estado en Nigeria. Iniciado en 2002, el movimiento explotó en la sociedad tras la muerte del presidente Yar 'Adua en 2010. Los peones han llevado la violencia más allá de los límites tolerables e incluso los antiguos patrocinadores de Boko Haram denuncian ahora el secuestro de las niñas.