martes, 25 de febrero de 2025

¿Qué esta pasando en la RDC?

La misma guerra silenciada que lleva sufriendo desde hace 30 años.

El vasto territorio de la República Democrática del Congo (RDC) es, probablemente, la zona más rica del planeta en recursos naturales, sobre todo en su parte este, coincidente con la cola final de la falla tectónica del Valle del Rift, donde los minerales emergen desde más profundidad y en mayor concentración. A su vez, sus pueblos son de los más pobres del mundo, según las mediciones de desarrollo y pobreza de la ONU. Frente a la narrativa normalizada de “la maldición de la riqueza” hay que recordar que la verdadera maldición no es la riqueza natural, es el sistema capitalista, que prioriza los beneficios económicos frente a la vida de las personas.

Desde que Estados Unidos y Bélgica, con apoyo de todas las potencias occidentales, acabaron con el sueño de independencia del gran Congo, asesinando a Patrice Lumumba, las potencias occidentales han ejercido el control sobre esa riqueza mediante toda la violencia que haya sido necesaria. En las últimas décadas, China ha llegado como nuevo socio comercial y hoy en día es uno de los principales exportadores de recursos naturales del Congo, aunque el gigante asiático no emplea la violencia para extraer materias primas, como tradicionalmente hace Occidente. 

No es la RDC, ni la UE, ni China, ni Rusia quien se ha tomado la molestia de calcular cuánto vale (en dólares) el subsuelo todavía por explotar de la RDC, ha sido Estados Unidos. Según la US Geological Survey, el valor de las reservas minerales estratégicas del Congo sin explotar todavía, es decir, no se contabilizan aquí las inmensas materias primas congoleñas que abastecen ya los mercados internacionales, es de 24 billones de dólares. Para comparar podemos poner esta cifra al lado del Producto Interior Bruto de toda la Unión Europea, que es de 17.7 billones de dólares. La “molestia” de hacer estos cálculos ya nos dan una idea de quién anda detrás de qué.
 

sábado, 1 de febrero de 2025

África Presente y futuro

 A muchos todavía no nos entra en la cabeza, pero ya llevamos vivida una cuarta parte del siglo XXI. La ciencia ficción nos ayudó a imaginar, no hace tantos años, cuán evolucionados íbamos a estar en este momento. Y aquí nos vemos, una cuarta parte de la centuria consumida, y la evolución humana es… digamos … “digna de estudio”.

Para analizar esta evolución como sociedad, hay que precisar que no es lo mismo mirar al mundo desde Europa, o cualquier país occidental, que desde Asia, África o América Latina. Desde la periferia y semi-periferia, en definitiva. 

 

Aunque el globo resultó no ser una aldea global; si lo fuera y tuviera 100 habitantes, los europeos como nosotros apenas seríamos un par de gatos en un callejón. Todos los occidentales seríamos 12 personas entre 100 y los europeos occidentales tan sólo 5. Con esto quiero remarcar que nuestra apreciación de este mundo, relajémonos, aparte de a nosotros mismos, no le interesa a casi nadie. 

Todos los occidentales somos el millar de oro, como nos llaman por ahí: 1.000 millones que vivimos entre 8.000 millones de personas, y nos creemos de oro; consideramos que el mundo entero es nuestro y es nuestra responsabilidad ver qué hacer con esos otros 7.000 millones de personas que son pobres y subdesarrolladas sin que aparentemente nosotros, el millar de oro, tengamos nada que ver con eso.
 

África

África es un gran continente que consta de 55 países vibrantes, llenos de vida y potencial. En total tiene más de 1.500 millones de habitantes. La edad media es de poco más de 19 años. Es la segunda región más poblada, por detrás de Asia, y tiene la población más joven del mundo. Hay más de 3.000 pueblos diferentes con sus lenguas y culturas particulares. Serían 19 personas entre las 100 de la aldea imaginaria.

Históricamente, este continente ha sido muy importante para el resto del mundo, no solo porque es la cuna de la humanidad, sino porque su explotación y expolio permitió el inicio, o la acumulación primaria, del sistema económico imperante que conocemos hoy, el capitalismo. En el siglo XXI, la deshumanización de los y las africanas, el robo de su tierra y sus recursos, de su soberanía y hasta de su conciencia, siguen dando sus réditos a Occidente, que explotó y esquilmó a África durante los últimos cinco siglos y cuarto. África es el continente más empobrecido desde el siglo XV, no por su propia idiosincrasia, sino por la desgracia de haber sido “descubierta” por los bárbaros europeos. Su historia es rica y sería una gran lección para toda la humanidad si se estudiara con profundidad y veracidad. Lamentablemente, eso no se hace y la reducimos a su pobreza y “subdesarrollo”.

Dejando a un lado el sarcasmo y la extra-simplificación de toda la historia en un párrafo, es innegable que lo que trae en la mochila África al siglo XXI es básicamente miseria. Es la región peor parada de todas las regiones víctimas del capitalismo occidental. La peor. Pero eso se acabó. El mundo está cambiando a gran velocidad y ya no hay marcha atrás. Hoy, a pesar de la mochila repleta de dificultades y peligros, África contempla un horizonte lleno de luz y esperanza. Este continente ha estado muy despierto, siempre lo estuvo, y va a entrar en el segundo cuarto del siglo XXI brillando, celebrando su tan ansiada liberación. 


domingo, 1 de diciembre de 2024

Dosier sobre Guerras en África

Documentándome sobre militarización de África, en los últimos días de 2024, me exaspera como siempre la falta de información de calidad que encuentro en internet. 

De repente he dado conmigo misma, y no ha sido a través de Google, el motor de búsqueda no ofrece el texto, pero sí el anuncio de una charla que di en la Universidad de Zaragoza sobre este asunto en 2016. 

Escribí este Dossier para la humilde revista de UMOYA de junio de 2016, su número 84. Hoy añadiría muchas fuentes alternativas a las que cito en este trabajo. No voy a actualizar los conflictos que menciono, que son de 2015, porque no es lo que me ha causado asombro. Me asombra lo “ACTUAL” que sigue siendo todo esto, este modo de funcionar del mundo unipolar que hoy muere matando. 

Vuelvo a publicar (Por primera vez en el blog) este trabajo que, con datos de 2015, sigue estando vigente en el sentido de que lo importante es ocultado y lo que las instituciones académicas y los medios muestran es una trágica parodia a la que debemos dejar de hacer caso.
Hoy se nos está arrastrando a una guerra global con las mismas patrañas de siempre.

Guerras en África, ese manido argumento

 

Photo by: US Africa Command Public Affairs

“Las guerras en África” es un recurso muy manoseado cuando se habla de inmigración, de cooperación, desarrollo/subdesarrollo, de seguridad, de ética, de cultura, hasta de bondad y maldad humana. Le atribuimos a “Las guerras en África” todo un repertorio de males. Es parte de ese imaginario eurocentrista -“las guerras en África”, “el hambre en África”, “dictadores africanos”- con que justificamos nuestras injerencias descerebradas, interesadas, ilegítimas incluso criminales en países soberanos que no conocemos. Nos autoconvencemos de que los africanos son diferentes a nosotros, inferiores más concretamente. Estamos convencidos de que son capaces incluso de descuartizarse unos a otros a la mínima chispa. Presuponemos que siempre están sumidos en guerras inexplicables y presuponemos que nuestro bando (los blancos) siempre es el de los “buenos”, cuya misión es solamente enseñar al mundo a vivir en paz. Pero estas presunciones son tan inconscientes, tan alejadas de la realidad, que rayan la criminalidad involuntaria, o criminalidad, a secas. 

Preguntémonos cada vez que nos venga a la boca en cualquier ocasión “Las guerras en África” ¿qué sabemos de África? Esa comarca, en el sentido tolkieniano de la palabra, de cataclismos y calamidades, que nos representan los medios y los libros de historia. Apenas sabemos nada. Y sobre todo ¿qué sabemos de cómo se gestan y por qué los conflictos? Sabemos mucho menos aún.

Países y pueblos soberanos que no conocemos

África consta de 55 países si contamos -como cuenta la Unión Africana- a la República Árabe Saharaui, desde 1982. 

Su población es de más de 1.200 millones de personas en total, de los cuales el 70% tiene menos de 30 años. (La media es de 19 años). Se hablan 1.300 lenguas y hay más de 3.000 pueblos con identidad propia. La diversidad de culturas, regímenes políticos, modos de vida, niveles de desarrollo, etc es inmensa. Su juventud tiene en común, como toda la gente joven del mundo, que quiere vivir en paz, quiere prosperidad para sí y los suyos, quiere ser dueña de su futuro, formar una familia a la que brindar un futuro lleno de paz, seguridad y bienestar. Los africanos quieren lo que queremos todos, que no nos quepa duda.

Siempre se nos ha enseñado una África falsa, se ha dibujado un continente a medida de las necesidades acaparadoras de Europa, sin tener en cuenta la realidad. En las clases de historia se nos ocultó que antes de la colonización en África había civilizaciones, algunas de ellas mucho más avanzadas que las europeas, que fueron aniquiladas por nuestros antepasados. Casi todos los mapas que conocemos están manipulados para reducir el tamaño de África y aumentar el de Europa. Arno Peters, un cineasta alemán, publicó en 1956 un mapa conocido como “Proyección de Peters” que representaba la verdadera proporción de los continentes en el mundo y a muchos todavía nos resulta raro, porque estamos acostumbrados al otro, el que engrandece Europa y empequeñece África. Todavía en muchas instituciones educativas y obras de historia se sigue manipulando el tamaño de África con la excusa del lobo feroz “es para ver mejor” nuestro propio continente.

Tampoco se nos contó honestamente cómo Europa se repartió “legalizadamente” África, como un pastel, en la conferencia de Berlín, 1885. A lo largo de todo el siglo XIX los países europeos no podrían haber tenido su revolución industrial sin cantidades ingentes de materias primas que Europa no tenía y fue a buscar -o robar- a África. Gracias a esos saqueos infligidos a los pueblos africanos se robusteció el incipiente sistema capitalista, esto es la colonización.

Antes, el sistema capitalista se había afianzado gracias a la esclavitud. El norte llevaba más de un siglo secuestrando a personas en África para emplear como mano de obra para su “Desarrollo”. El comercio de esclavos alcanzó su máxima a finales del siglo XVIII. 60 millones de personas fueron secuestradas, de las cuales 24 millones fueron a parar a América, 12 millones a Asia y 7 millones a Europa. Los otros 17 millones murieron en el camino.

Las peores guerras que los pueblos africanos han llevado a cabo son las de las heroicas y estoicas resistencias a la invasión (colonización) de las potencias europeas, que obligaron a estados como Francia e Inglaterra a desplegar las mayores campañas militares de su historia. Y después las guerras de las independencias, contra las mismas potencias europeas. Fueron sangrientas por la crueldad de los europeos, pero también por la resistencia de los africanos a ser oprimidos y privados de su dignidad.

Hecha esta breve contextualización, necesaria antes de empezar a hablar de las guerras en África, quiero negar rotundamente que el continente africano sea un pozo de desolación, hambre y guerra. Esto existe, pero no es todo. Aunque aquí nos vayamos a centrar en las guerras, África es mucho más que eso.
12 conflictos y 37 tensiones oficiales en África.

 

Según el último barómetro publicado por la Universidad Autónoma de Barcelona, UAB, basado en lo acontecido durante el tercer trimestre de 2015, en África había 12 conflictos armados y 37 tensiones. Este barómetro es un informe trimestral del Programa de Conflictos y Construcción de Paz de la Escola de Cultura de Pau de la UAB que detecta los conflictos armados y las tensiones, además de los procesos de paz, en todo el mundo.

sábado, 6 de abril de 2024

6 de abril de 2024

Odio este aniversario, si pudiera, me metería en un hoyo en la tierra como un avestruz hasta pasados unos días. Odio ver las lágrimas de cocodrilo de los criminales, principales impulsores, instigadores y perpetradores del genocidio de Ruanda. Un genocidio que explotó una tarde como hoy, del 6 de abril, hace 30 años, con el ataque terrorista que el FPR perpetró contra el avión presidencial de Juvenal Habyarimana. Odio presenciar cómo sus relatos falsos, cínicos y embusteros son escuchados como homilías por todos los medios acríticos, al servicio de sus dueños, que no de la verdad. Clinton, Blair, Kagame... qué asco me da ver sus caretos en los medios. Mañana haré Black-Out para no verles. 

Tanto sufrimiento, tanta muerte, tanta sangre, tanto miedo, tanto dolor, tanta impotencia… y el mundo ni se inmuta. 

6 de abril... qué día más espantoso: los hipócritas criminales, depravados fariseos entonando su canción de “nunca más” desde su tétrico escenario de marionetas para mentes incautas, pero repitiendo la historia sin parar en el mundo real. Ayer Ruanda, hoy Palestina… y todos dormidos y callados.

¿¡Qué nos hace falta para reaccionar!? Esta pregunta me consume. 

Ruanda, el hermoso país de las mil colinas, todavía está regado de sangre. Un río enorme de sangre llega hoy desde Ruanda hasta el Congo. La sangre no se ha secado porque la memoria, como la verdad, no se seca. Su genocidio está oculto y enterrado a plena luz del día por los medios mercenarios. Exactamente como el genocidio de los Palestinos… La sangre de los inocente corre a mares ante nuestra mirada impávida.
 

El genocida Paul Kagame y el genocida Benjamin Netayahu se consideran hermanos y sus élites racistas y sionistas se consideran "pueblos hermanos". ¿Lo sabíais? Pues sí, son tal para cual, se abrazan con exaltación escalofriante.

Los sionistas se apropiaron la categoría de “víctimas de genocidio”, eran como Gollum, “mi tesorooooo”, no quisieron nunca compartir su tesoro con nadie más en este mundo, hasta que llegó el FPR Inkotanyi de Kagame. Fue como mirarse en un espejo. Con ese tesoro compartido como hermanos se han arrogado el derecho a cometer ellos mismos genocidios impunemente, ante la mirada del mundo, protegidos por el violento matón de este barrio unipolar que se está cayendo a trozos.

No sé cuánto tiempo más lograrán salir impunes, si alguien llegará a hacerles pagar por sus horrendos crímenes algún día o si morirán pacíficamente en la cama de viejos. Solo sé que si pudiera pedir un solo deseo a una lámpara mágica, no pediría el castigo de estos asesinos en masa ¡Pediría que todo el mundo despertase, reaccionase, abriera los ojos, dejase de ignorar tanto sufrimiento! Entonces la justicia y todo lo demás vendría rodado.


No se me ocurre mejor homenaje a las víctimas del genocidio de Ruanda que este vídeo del canal del gran Mayans, con Silvia Delgado Fuentes y Amal Ahmed Albaz, sobre el actual genocidio de los palestinos. 

He recordado con ellos a tanta gente que cayó aterrorizada bajo la cruel arma de los genocidas hace 30 años en Ruanda y sigue cayendo hoy en Palestina.

Mi corazón llora por todos ellos y ellas, pero la digna resistencia de hoy y la digna memoria de las víctimas supervivientes de hace 30 años me lo reconforta y llena de esperanza.

martes, 5 de marzo de 2024

505 disparos. 14 muertos. La tragedia de Tarajal

¿A quién le sorprende que el Tribunal Penal Internacional se haya puesto de parte del genocida y en contra de las víctimas? La justicia en Europa no está pensada para los pobres. Y menos para las víctimas que los estados de la Europa occidental consideran de tercera categoría, como los palestinos o los africanos.

Se cumplieron 10 años de la tragedia del Tarajal, donde 14 personas africanas fueron asesinadas mientras intentaban entrar a nado en Ceuta.

Las víctimas no han recibido justicia. Las familias no han recibido reparaciones ¿Cómo van a ser reparadas si ni siquiera se les han enviado los cuerpos de sus hijos para darles sepultura? 

Esto es la norma en Europa, donde este crimen conmueve o importa a una minoría muy minoritaria; a muchos, arrebatar la vida a alguien para “desincentivar la inmigración” les parece un “trato proporcionado”, siempre con la inestimable ayuda de la desinformación de los medios.

En la madrugada del día 6 de febrero de 2014, unas 300 personas africanas se lanzaron en masa a intentar cruzar la frontera de Marruecos con Ceuta, uno de los enclaves de España en el continente africano. Suelen hacerlo así, en masa, para que las fuerzas de seguridad marroquíes y españolas se vean desbordadas y por mucha violencia que empleen, no puedan contener a todos. Algunos, los más hábiles, ágiles, afortunados o intrépidos logran entrar en ese enclave de la fortaleza Europa, (¡que no es espacio Schengen!). Es muy habitual que las fuerzas de seguridad españolas apresen a quienes han logrado entrar y los devuelvan “en caliente” a Marruecos, que se encargará de seguir ejerciendo de guardián subcontratado de la rica Europa.

jueves, 18 de enero de 2024

Wael al-Dahdouh es un héroe

 Hace años que sigo Proximities, la selección diaria de tres noticias que hace el periodista Barry Malone. Cada tarde, el periodista nos envía a los suscriptores un resumen de las tres noticias del día que él considera importantes, pero que los medios principales no han dado la importancia que merecen, por ser noticias de países olvidados por Occidente, asuntos de países y pueblos de la periferia comunicacional. 

Me gusta porque es realmente rápido de leer, ofrece la posibilidad de leer más sobre el asunto, si lo deseas, porque es absolutamente neutro y porque su selección ¡está sacada de los mismos medios maintream! criticados. Son las noticias que los principales medios utilizan de relleno, a las que no dan grandes titulares, las que no se repiten hasta el hartazgo, son asuntos que no llegan a los partes de noticias de nuestras televisiones a la hora de comer.

Es verdaderamente práctico para mí, me ahorra un tiempo que no quiero perder ojeando los medios comerciales occidentales que nos ocultan el mundo, utilizando una expresión del gran Pascual Serrano, para ver qué sacan y con qué mirada, por pequeño que sea el espacio asignado, su mirada siempre es mainstream.

Barry Malone nunca opina ni personaliza su selección. Pero el día 16 de enero no pudo evitar hacer un comentario personal con el que me identifico totalmente. Me tocó la fibra de periodista y el corazón.

Este fue el comentario:

«El jefe de la oficina de Al Jazeera en Gaza, Wael al-Dahdouh, ha abandonado hoy Gaza por el paso fronterizo con Egipto antes de viajar a Qatar, donde será operado de las heridas que sufrió en un ataque aéreo israelí. Su esposa, su hija, su hijo y su nieto murieron en un ataque aéreo israelí en octubre. Su colega y amigo Samer Abu Daqqa murió en diciembre en el ataque que también hirió a Wael. Y su hijo Hamza, también periodista, murió en un ataque selectivo contra un vehículo el 7 de enero. A pesar de todo -de alguna manera- Wael siguió informando, diciendo que era importante que el mundo viera lo que estaba ocurriendo. Perdónenme por hacer algo que nunca hago en Proximities, hablar personalmente: Wael me recuerda lo que es importante en el periodismo. No se trata de sentarse detrás de un escritorio a pontificar sobre el mundo, no se trata de verter todas tus opiniones en las redes sociales, no se trata de anuncios de televisión y columnistas estrella y premios. Se trata de dar testimonio. Nadie ha encarnado eso como Wael y decenas de otros periodistas palestinos en los últimos tres meses, soportando las circunstancias más infernales. Siempre será mi héroe en este oficio.
Más información de AFP vía France 24 [link].»

 


No hay mucho más que añadir. 

El genocidio que Israel está cometiendo en Palestina, ante la mirada impasible del mundo es desolador, espantoso, horrible. 

Los periodistas que pierden su vida por intentar mostrar al mundo la realidad son héroes. Héroes para el #Periodismo y héroes para toda la humanidad.

¡Qué terrible! que mueran por una verdad a la que la mayoría de la sociedad (al menos la occidental) no hace ni caso.

martes, 2 de enero de 2024

Sionismo y África (Parte II)

África y la Guerra santa contra el Islam

Desde su nacimiento, Israel ha buscado denodadamente aliados y clientes en África, igual que en el resto del mundo. En 2017 tenía previsto celebrar una cumbre Israel-África en Togo, al estilo de las cumbres de Europa, Estados Unidos, Rusia o China. Israel anunciaba a bombo y platillo que Netanyahu se iba a reunir con “25 líderes africanos”, pero al final esa cumbre nunca se celebró porque los líderes africanos no acabaron de confirmar su asistencia. Los países africanos apoyan la lucha palestina y no son engañados fácilmente por la propaganda blanqueadora del sionismo. Comprenden que el sionismo es colonialismo y ellos mismos han sufrido y sufren el colonialismo de las potencias occidentales. 

Hasta su asesinato por parte de la OTAN, en 2011, Gadafi lideraba este apoyo a Palestina contra Israel. El líder libio declaró en repetidas ocasiones que no tenía «nada contra los judíos, sino contra el sionismo» y sobre el sionismo también decía que «está detrás de cada conflicto en África». Actualmente, este apoyo a Palestina está liderado por Argelia y por Sudáfrica, que tiene muy reciente su propio apartheid por lo que comprenden cómo opera el apartheid sionista en Palestina. 

Cuando la Organización para la Unidad Africana se transformó en Unión Africana, en 2002, Israel intentó seguir teniendo un escaño como estado observador y amigo, como lo tenía en la anterior organización (fuertemente controlada por las expotencias coloniales), pero una coalición de países liderados por Gadafi se opuso. Hoy todavía Israel intenta por todos los medios obtener ese estatus y la UA sigue negándose por ahora. Pero el sionismo es maestro en la reescritura de la historia, en la conquista de las mentes y corazones con nocturnidad y propaganda, muy sibilina e insistentemente. 

 

El estadounidense Kevin Barrett, doctor en estudios árabes, islámicos y africanos, afirma que Estados Unidos es una «colonia del sionismo», cuando analiza con mirada crítica la guerra contra el terror de su propio gobierno. Barrett define la “guerra contra el terror”, iniciada por Bush después del 11-S de 2001, como una «guerra santa contra el Islam». Él y otros investigadores como James Petras y Stephen Sniegoski defienden que Estados Unidos, con el inicio de la “Guerra contra el terror”, adoptó la agenda israelí, actuando contra sus propios intereses y defendiendo los de Israel, un poco inconscientemente, influenciados por los sionistas de dentro y fuera de la administración Bush, quien llegó a definir públicamente la “guerra contra el terror” como una «Cruzada», una guerra santa. 

Este plan comenzó con la ocupación de la tierra santa del Islam, Palestina, y se globalizó cuando el imperio estadounidense entró a formar parte de él. La nueva civilización enemiga designada por el amo del mundo ya no era la eslava o rusa de la guerra fría, ahora era la árabe. Con la ayuda del Estados Unidos, el sionismo ha llegado mucho más lejos en su cruzada contra el islam de lo que hubiera llegado por sí solo. 

En este contexto, se pueden encontrar muchos análisis bien argumentados que exponen la erosión del apoyo africano a la resistencia palestina con el paso de los años, gracias a la maestría en propaganda del sionismo. 

Israel ha sellado acuerdos comerciales y de servicios con muchos países africanos. Sobre todo ofrece servicios en materia de seguridad y comercio de armas, agricultura, tecnología y medicamentos. Muchas empresas privadas y estatales israelíes venden armamento y formación a gobiernos y ejércitos africanos. Hay que recordar que todo el armamento y sistemas de espionaje y vigilancia que cualquier país adquiere a Israel y sus compañías privadas requieren formación posterior para su manejo. Además, con el muy conveniente advenimiento del terrorismo islamista, Israel ha despuntado como el mayor experto en combatir este tipo de terrorismo. Así ha conquistado a los gobiernos asediados por esta lacra como Kenia, Chad, Mali y Níger, entre otros. En algunos casos, como Níger, esto puede estar a punto de cambiar con la llegada de Rusia, con quien Níger ha firmado acuerdos en materia antiterrorista a principios de noviembre.

Aunque formalmente el gobierno de Níger pueda no tener relaciones diplomáticas abiertas con Israel, como sí las tiene el organismo económico regional ECOWAS, hay diversas empresas privadas de seguridad que por ahora operan libremente en el país. Como advertía Gadafi, no hay que subestimar la capacidad de los sionistas para entrar en todos los conflictos del continente y sacar provecho de ellos, cuando los gobiernos no establecen relaciones abiertas, lo hacen sus compañías privadas y si éstas son vetadas en algún país, ese trabajo de “seguridad” lo hacen las ONG israelíes, como se ha podido ver en muchas ocasiones por todo el continente, que bajo la bandera de la ayuda humanitaria, se hacía comercio de armas y otras materias como diamantes y minerales, o incluso espionaje.

Israel abastece de armas, municiones y entrenamiento, tanto militar como de inteligencia, a todas las partes de los conflictos por igual. No solo arma a los gobiernos, sino también a los movimientos de resistencia, a grupos terroristas, como la milicia yihadista Al-Nusra, incluso trabaja para garantizar la “seguridad” del saqueo de grandes multinacionales en países empobrecidos, como Exxon Mobil en Guinea Ecuatorial, o Chevron en Nigeria.

domingo, 17 de diciembre de 2023

Sionismo y África (Parte I)

Anti-sionismo ≠ anti-semitismo

Tanto la Unión Europea como Estados Unidos han aprobado innumerables resoluciones equiparando el anti-semitismo con el anti-sionismo. Las potencias occidentales que sermonean al resto del mundo sobre libertad y derecho a informar y estar informado verazmente, impone la “verdad por decreto”, cuando ésta no coincide con su narrativa oficial impuesta a través de sus medios comerciales. Su única pretensión es blanquear el sionismo, haciendo confundir el anti-semitismo con el anti-sionismo, cuando en realidad son dos conceptos radicalmente diferentes, incluso opuestos. Pese a quien pese, la verdad se distingue de la mentira como aceite del agua. Por lo general, esta propaganda solo cuela en sus pueblos, no en los pueblos del sur global, que son la mayoría de este mundo.

Ser anti-semita significa odiar a los pueblos semitas, -hijos de Sen, el personaje de la biblia-, hace referencia a los pueblos que habitaban el Oriente próximo y norte de África, que hablaban las lenguas semíticas, 2.500 años antes de Jesucristo. Casi todas las lenguas semíticas están hoy extinguidas salvo el árabe, el hebreo, el tigriña y el amárico. El semitismo es una identidad que no está basada ni en la raza, ni en las creencias religiosas, podría decirse que está basada en una procedencia geográfica o en la cultura originaria de un mundo que hoy ya no existe, el de hace miles de años antes de Jesucristo. Es decir, nada identificable con la vida de los últimos siglos. En estos últimos tiempos el antisemitismo se ha definido como odio exclusivamente a los judíos. En la actualidad, el término ha disgregado a los judíos de sus “hermanos culturales” árabes y negros de oriente próximo, y el norte y cuerno de África.

Este antisemitismo es una ideología de odio hacia un grupo humano por su mera existencia, exactamente como el nazismo, el fascismo, el racismo o el apartheid. Es un delito, está prohibido y penado en la mayor parte del mundo.

Por el contrario, el sionismo es una ideología o un movimiento político, como lo define la RAE, centrado en la creación y defensa de un estado judío, lo que se materializó en 1948. Este estado fue creado por las potencias vencedoras de la segunda guerra mundial.

La creación del estado de Israel se hizo al estilo de las potencias coloniales imperialistas europeas, que se comportaban con el resto del mundo como si los demás países fueran sus jardines traseros, desposeyendo y deshumanizando al resto del mundo. Los países africanos lo saben muy bien, y los asiáticos, y los de América Latina, y los de América central y Caribe, todo el sur global. El sur ha sufrido la violencia de la colonización: el espolio de sus recursos y tierras, de su humanidad, incluso de su vida, por parte de los gobiernos europeos.

¿Cómo iban a crear un estado nuevo esos países respetando a los pueblos y países del sur? ¡No sabían qué era eso! Decidieron crear el estado de Israel y buscaron un emplazamiento por el mundo como quien busca en su jardín dónde plantar un arbolito. En su línea.

jueves, 2 de noviembre de 2023

36 años del asesinato de Tomás Sankara «Las ideas no se pueden matar»

 El día 15 de octubre se cumplen 36 años del asesinato de Tomas Sankara, presidente de Burkina Faso entre 1983 y 1987, también conocido como el Che africano. El emblemático líder fue ejecutado junto a otras 12 personas, 5 de ellas también miembros del gobierno, en un golpe de estado liderado por su compañero de armas y de gobierno, Blaise Compaoré. En ese momento y gracias al respaldo y protección de Francia, Compaoré pasó a ser presidente durante casi tres décadas. En 2014, Compaoré fue derrocado por un golpe militar tras meses de fuertes protestas en las calles. Por fin se pudo desbloquear la información siempre suprimida sobre las circunstancias del asesinato de Sankara y sus compañeros. Se pudieron identificar y recuperar sus restos, y se juzgó y condenó in absentia a cadena perpetua a Compaoré, por complicidad en el magnicidio que le llevó al poder. Hoy soplan nuevamente vientos libertadores en la nación de los hombres íntegros, porque como el Che Guevara y el Che africano decían, las ideas no se pueden matar.

 

Siempre que tenía ocasión, Tomás Sankara decía que hablaba en nombre de su pueblo, el burkinés, pero también en nombre “del gran pueblo de los desheredados de la tierra”. Consideraba que su pequeño país del África occidental era la «condensación de todas las calamidades de todos los pueblos que sufren», «de todos los sufrimientos de la humanidad». Repetía que un pueblo que se ama a sí mismo no puede sino amar a otros pueblos.

Sankara, en nombre de su pueblo, se posicionó claramente del lado de todas las luchas de liberación del mundo y en contra de todos los sistemas injustos y criminales como el sionista y el apartheid. Pidió con insistencia en la ONU la expulsión de Israel y Sudáfrica. Siempre dejando claro que los pueblos no son sus gobiernos, para no posicionarse contra el pueblo de Israel, ni el pueblo judío, sino específicamente en contra del gobierno sionista y sus defensores y colaboradores. «Los hermanos judíos de los palestinos son antisionistas», afirmó una vez en la Asamblea de Naciones Unidas. Sankara siempre dejó claro que los pueblos de todo el mundo, incluida Europa y Estados Unidos, tienen un enemigo común que son las clases adineradas que explotan a millones de personas y roban sus recursos, parasitando a las masas populares. 

Desde pequeño, Tomás Sankara destacó por su vivacidad e inteligencia. Tenía el don de la palabra, en sus discursos hacía comentarios sagaces que desataban la risa de la audiencia para después asestar una verdad incómoda, «No debemos pagar la deuda porque no somos responsables de ella. Al contrario las mayores riquezas del mundo nos deben lo que nunca podrán pagar, la deuda de sangre». Se destacó por hablar con extremada claridad, sobre ricos y pobres, sobre lucha de clases, sobre quién roba de verdad, sobre el imperialismo. No le temblaba el dedo en señalar el verdadero combate que había que emprender para todo: la lucha contra la desertificación es política; la lucha de las mujeres pasa por la auto-organización y la toma de conciencia política; el hambre no es una calamidad sobrevenida de la naturaleza, el hambre es un arma con la que se extermina a decenas de millones de personas cada año. Era feminista convencido y denunciaba el feminismo que no cuestionaba las estructuras sociales, políticas y económicas, el que no condenaba la prostitución como la quintaesencia de la explotación humana. Hablaba con una claridad prodigiosa «No se puede hacer la revolución sin la mitad del pueblo» refiriéndose a las mujeres.

domingo, 1 de octubre de 2023

Golpes de Estado en África Occidental

En Sudán se produjeron dos golpes de Estado, en 2019 y un segundo en octubre de 2021. Mali vivió su primer golpe en agosto de 2020 y otro después, en mayo de 2021. En Chad hubo un golpe en abril de 2021. En Guinea Conakry se dio un golpe en septiembre de 2021. En Burkina Faso han tenido lugar otros dos, uno en enero de 2022 y otro en septiembre del mismo año. El golpe de Níger se produjo a finales de julio de este 2023, y el último ha sido el de Gabón, el pasado 30 de agosto. 

Un golpe real frente a uno escenificado. Ilustración de Mahi Rtail (Al Mayadeen)

Una oleada de golpes de estado ha vuelto a sacudir el África occidental. Hay que reconocer que los golpes de estado parecen ya una tradición regional. Muchos, la mayoría, son no sangrientos, algunos incluso son descaradamente escenificados, pero en algunos otros se ha derramado mucha sangre. Aunque todos reciben ayuda o son impulsados desde el exterior, de ningún modo son todos iguales. Los pueblos respectivos han salido a festejar cada uno de todos estos golpes, porque cada uno de ellos les ha brindado la posibilidad de soñar y emocionarse con los tan ansiados cambios. Pero por lo general, esta tradición no ha traído cambio alguno para sus pueblos.

Los pueblos africanos no han estado callados hasta ahora. Las manifestaciones de protesta, las rebeliones y las resistencias antiimperialistas y anticoloniales siempre han estado presentes. Pero en el Occidente global no se les presta atención, ni cuando protestan, ni cuando son masacrados y sofocados con violencia por las fuerzas de seguridad de sus respectivos gobiernos impuestos por occidente. 

Estamos viviendo un momento de transformación a nivel mundial. Estados Unidos y sus aliados pierde su posición hegemónica y nace un mundo multipolar a pasos agigantados. No hay que subestimar la virulencia del imperio que cae. Seguro que no cederá fácilmente, pero se ha hecho evidente su pérdida de agarre, (incapaz de ganar en Siria, incapaz de ganar en Ucrania…). Tan evidente que los pueblos africanos y sus buenos líderes, que los hay, no han perdido tiempo para aprovechar esa grieta en el muro del imperio, con el que siempre se han estrellado. Se levantan una vez más en busca de esos tan soñados cambios de libertad y dignidad. En este momento de la historia, en algunos países están tocando esos sueños con la punta de los dedos, lo cual está poniendo nervioso al imperio y será un acicate para que otros pueblos imiten sus revueltas y sus golpes de cambio. Veremos más, seguro. Pero ojo, también veremos escenificaciones gatoparduscas de fingir el cambio, para que todo siga igual, pero mejor controlado.