Uno de los 40 altos cargos ruandeses requeridos por la justicia española desde 2008, detenido por la interpol en Londres ¿habrá camino para la justicia?
Gran Bretaña ha detenido al Jefe de la Agencia de Espionaje rwandesa, Karenzi Karake, siguiendo la orden de arresto internacional emitida por el juez de la audiencia nacional española, Fernando Andreu Merelles, en 2008.
Cuando no han pasado 24 horas desde el arresto, es pronto para saber a qué responde el que la interpol británica haya efectuado el arresto esta vez, cuando él mismo y otro acusado en el auto español, Charles Kayonga, han viajado en otras ocasiones al Reino Unido y no han sido molestados por las autoridades, a pesar de las quejas de grupos de defensa de los derechos humanos, exiliados ruandeses y las familias de las víctimas.
Después de 7 años de espera, las familias de las víctimas habían perdido la esperanza de obtener justicia, máxime cuando el PP recientemente ha terminado de defenestrar la capacidad de impartir Justicia Universal por parte de nuestros tribunales.
Hay múltiples posibilidades. La más esperada, lamentablemente, es que sea puesto en libertad por presiones a España y a Gran Bretaña de los poderosos padrinos del régimen de Ruanda y sus carísimos lobbies y lobbistas, como Tony Blair.
Cabe la posibilidad de que Ruanda haya puesto en marcha de nuevo la jugada magistral que realizó en 2008, cuando dejó que Alemania detuviese a una de sus ministras requerida por la justicia francesa. Rose Bukeye. La señora Bukeye, que creo que en ningún momento temió realmente por su libertad, fue puesta en libertad poco después. Pero al ser detenida fue informada de los cargos contra ella y tuvo acceso, ella y todo el régimen de Kagame en Ruanda, al dossier del juez Bruguiere de Francia. A raíz del conocimiento de hasta el más mínimo detalle, el régimen se encargó de acabar con ese caso, que ahora está en aguas de borrajas, con el nuevo juez asignado al caso cuestionándolo todo, e incluso alguno de los testigos muertos, muy convenientemente.
No creo que ese sea el caso. Karake no es una mujer, es un hombre. A pesar de la fama y la equidad sobre el papel del gobierno de Ruanda, lo cierto es que las mujeres están al servicio de forma más sumisa, más “sacrificable” y “sacrificada” que los hombres. Un hombre de la “talla” de estos altos mandos militares tan altivos nunca se sacrificaría voluntariamente, por la misión de tener acceso al auto del juez Andreu, aunque nunca se sabe hasta dónde pueden llegar las mentes retorcidas, capaces de organizar y cometer masacres de civiles con el propósito de eliminar a un pueblo entero, y creen estar haciendo lo correcto…
Falta conocer la reacción de Ruanda. Si la reacción fue iracunda cuando la BBC produjo y emitió un documental desmontando las grandes mentiras que siempre se contaron en los medios sobre el genocidio de Ruanda, esa historia que tan cuidadosamente fue fabricada y puesta a disposición de los medios, BBC incluida, quienes se encargaron del resto del trabajo sin grandes cuestionamientos, nos preguntamos cuál será la reacción ante la detención de uno de los máximos responsables del gobierno.
Los que esperamos que la justicia se pueda abrir camino entre este río revuelto de otros intereses, aplaudimos la rapidez del abogado de las víctimas españolas, rwandesas y congoleñas, Jordi Palau Loverdos y el juez Andreu, respondiendo a los requerimientos de las autoridades británicas.
Es bueno que el suceso se haya filtrado rápidamente, para que si los gobiernos de UK y España lo ponen en libertad, al menos tengan que dar alguna explicación.
Y es excepcional que la periodista que se ha encargado de dar a conocer el suceso al mundo sea la canadiense Judi Rever, la que considero mayor conocedora de esta historia en el mundo entero. Experta, investigadora, honesta, reportera sublime que ha metido la pluma en la llaga de los criminales tan certeramente, con lo “complicado” que resulta el tema para el resto de periodistas internacionales, que ha sido advertida por las autoridades de su país de que su vida podría estar amenazada por ciertos agentes ruandeses.
Continuará...
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