martes, 1 de julio de 2014

La amenaza de Boko Haram y el fundamentalismo en Nigeria

El enfoque militar de línea dura contra Boko Haram por parte del gobierno nigeriano es inadecuado. El desafío de Boko Haram tiene dimensiones económicas, políticas y sociales que el gobierno ignora en detrimento de los nigerianos. Todas las fuerzas progresistas tendrán que intervenir ahora para oponerse tanto a Boko Haram como a los Estados que facilitan las condiciones para el crecimiento de los elementos terroristas.

«Venderé a vuestras hijas en el mercado», Abubakar Shekau.

 De vez en cuando, en la vida de una sociedad, un episodio o una serie de episodios conmocionan el sistema social y sacan a la luz llagas largamente enconadas que necesitan solución. El secuestro de más de 300 niñas y la depravación de quienes proclamaron que esas jóvenes serían vendidas como esclavas sexuales son uno de esos episodios. La declaración de Abubakar Shekau sobre la venta de las chicas en el mercado puso de manifiesto las profundas contradicciones de la sociedad nigeriana y exigió una resolución firme y clara ante las cuestiones de la esclavitud, la explotación, la violencia sexual, la opresión masculina y la manipulación de la religión para servir a las necesidades de determinados sectores de los saqueadores y fanáticos de Nigeria. En respuesta al secuestro, un movimiento global iniciado por mujeres en Nigeria se ha centrado en las cuestiones del terrorismo sexual, la masculinidad deformada y el tráfico de mujeres a nivel internacional. Este movimiento movilizado bajo el lema #BringBackOurGirls ha abierto nuevas vías de movilización política. La nueva coalición está liderada por mujeres y tiene el potencial de servir de base para un nuevo modo de hacer política en Nigeria y otras partes de África.
El extremismo religioso y la intolerancia, denominados fundamentalismo islámico, han cobrado fuerza en el norte de Nigeria desde principios de siglo entre algunos seguidores de la fe islámica. Estos fundamentalistas distorsionan las enseñanzas del Islam. Se representan a sí mismos como antiimperialistas que se oponen a las influencias culturales occidentales, al tiempo que tratan de instituir la ley islámica, incluyendo estrictos códigos de conducta. Las mujeres de Nigeria se han visto afectadas negativamente por este recurso al fundamentalismo. El fundamentalismo religioso (ya sea cristiano, hindú, islámico o judío) se basa en la opresión y la humillación de las mujeres.
En el pasado, los elementos gobernantes han politizado la religión y la etnia para desviar y confundir a los pueblos de Nigeria. La oligarquía del norte de Nigeria llevó la politización de la religión hasta el punto de que 12 estados del norte están ahora bajo la sharia. Boko Haram fue un peón en un juego a sangre fría para controlar el Estado en Nigeria. Iniciado en 2002, el movimiento explotó en la sociedad tras la muerte del presidente Yar 'Adua en 2010. Los peones han llevado la violencia más allá de los límites tolerables e incluso los antiguos patrocinadores de Boko Haram denuncian ahora el secuestro de las niñas.


Se argumentará aquí que la lucha contra Boko Haram no requiere simplemente tropas, sino un nuevo modo de política en el que los pueblos de la sociedad crean que tienen algo en juego, especialmente los jóvenes. Es aquí donde las tradiciones de la movilización de las mujeres de base serán decisivas. Las mujeres nigerianas de las clases productoras tienen una rica historia de resistencia a todas las formas de fundamentalismo. Cuando se agitan puede haber un efecto en cascada en la política de la sociedad. Esta fue la experiencia de los levantamientos femeninos de 1929 que marcaron las pautas de la cooperación contra el colonialismo en Nigeria y África Occidental. Los planificadores del capital global son muy conscientes de la tenacidad de las mujeres nigerianas.
Nigeria es una sociedad en la que las cuestiones de la paz, la estabilidad y la prosperidad están claramente vinculadas a la construcción de una sociedad secular libre de fanáticos religiosos. Los patriarcas tratarán de hacer prevalecer este impulso en el marco de la guerra contra el terrorismo. Todas las fuerzas progresistas tendrán que intervenir ahora para oponerse tanto a Boko Haram como a los Estados que facilitaron las condiciones para el crecimiento de elementos terroristas como Boko Haram.

LA ESCLAVITUD SEXUAL, EL TERRORISMO SEXUAL Y EL CONTEXTO DEL SECUESTRO
Cuando Abubakar Shekau, el autoproclamado líder de Boko Haram, apareció en You Tube el 4 de mayo y declaró «venderé a vuestras niñas en el mercado», quienes recordaban los horrores de la esclavitud se horrorizaron por el nivel de atraso que había alcanzado a estos elementos de la sociedad nigeriana . Este grupo reivindicó el secuestro de 278 niñas de entre 16 y 18 años de la Escuela Secundaria Femenina del Gobierno en la zona rural de Chibok, en el estado de Borno, en el norte de Nigeria. Shekau amenazó con vender a las niñas como esclavas y casarlas porque «Dios me ordenó venderlas, son sus propiedades y cumpliré sus instrucciones».
Además, proclamó: «Voy a casar a cualquier mujer de doce años, y si es más joven, la casaré a los nueve años. Todos ustedes están en peligro. Yo soy quien capturó a todas esas niñas y las venderé a todas. La esclavitud está permitida en mi religión, y yo capturaré a las personas y las haré esclavas. Estamos en camino a Abuja y también visitaremos el sur. Voy a matar a todos los imanes y otros clérigos islámicos de Nigeria porque no son musulmanes, ya que siguen la democracia y la constitución. Es Alá quien nos ha instruido, hasta empapar el suelo de Nigeria con sangre cristiana y de los llamados musulmanes que contradicen el Islam. Mataremos y nos preguntaremos qué hacer con sus cadáveres malolientes. Esta es una guerra contra los cristianos y la democracia y su constitución».
Estas palabras provocaron un escalofrío en los ciudadanos decentes de todo el mundo. ¿A qué religión se refería que aprueba la esclavitud en el siglo XXI? El tráfico sexual y la explotación de las jóvenes han aumentado en los últimos veinte años. En el mismo periodo, las campañas contra las formas modernas de esclavitud han puesto de manifiesto cómo el neoliberalismo ha proporcionado el clima social e intelectual para hacer "normal" el trabajo en régimen de servidumbre. Sabemos que es la religión del fundamentalismo económico la que ha dado luz verde a las condiciones de semiesclavitud en todas las partes del mundo.
Los hombres y mujeres nigerianas de las clases productoras sufren el terrorismo económico del fundamentalismo de mercado. Este terrorismo es definido por Eusi Kwayana de la siguiente manera:
«La colocación de seres humanos en una situación en la que no tienen esperanza, espacio, defensa adecuada, medios de escape y supervivencia o medios para superar un peligro real o inminente, una amenaza o una fuerza opresiva es la definición misma del terror, que no sólo tiene un elemento físico sino también mental».
En todo el Sur Global, los pobres han sufrido el terrorismo de las políticas de ajuste estructural de las instituciones de Bretton Woods. El gobierno nigeriano ha instituido las políticas del Banco Mundial para que haya ausencia de servicios básicos como la provisión de atención sanitaria, agua potable, saneamiento, educación decente y pertinente, vivienda y alimentación para los pobres. Es la inflexibilidad de este fundamentalismo de mercado lo que aumenta la inseguridad en la sociedad entre muchos varones pobres que quedan marginados e inseguros. El terrorismo económico ataca el orgullo masculino en las comunidades donde las estructuras de solidaridad social colectiva se han roto. Los hombres criados bajo la ideología del patriarcado son vulnerables en las condiciones del terrorismo económico porque, en su sentido de humanidad, deben ser "proveedores" de sus familias.
Este patriarcado y esta masculinidad se intensifican en una condición de mayor pobreza y explotación cuando los varones africanos quedan atrapados en el fondo de la división global del trabajo. Estos varones están socializados para considerarse proveedores y cabezas de familia, pero no pueden encargarse de la reproducción social de sus familias. Cada vez más, las cargas del cuidado, la educación y la provisión de salud recaen en las mujeres pobres, ya que el Estado recortó los gastos sociales en el periodo de ajuste estructural. El fundamentalismo económico ataca el orgullo masculino y en esta situación grupos como Boko Haram reclutan a jóvenes varones crédulos. El secuestro de las niñas refuerza su falso sentido de la masculinidad al causar estragos en la sociedad en general con la violación y la deshumanización de las jóvenes.
La violencia y los asesinatos de Boko Haram son sólo el signo ahora visible de la violencia cotidiana contra los pobres y los privados de derechos en todas las partes de Nigeria. En este país rico en petróleo las condiciones de vida son insoportables excepto para el "uno por ciento" nigeriano. Otro diez por ciento lucha en los intersticios de este sistema social para vivir la vida de la clase media nigeriana, mientras que alrededor del 20 por ciento de la población tiene un salario vital estable. En esta condición de desigualdades masivas y violencia estructural, los extremistas religiosos del Norte van más allá para garantizar que la violencia del acoso, el hambre y las largas horas de trabajo no remunerado se incorporen a la falta de poder de los oprimidos, especialmente de las mujeres. La violencia de género, la violencia sexual, la violencia doméstica, la violación, el purdah, los matrimonios infantiles, la violación y otras formas de abuso abundan en las comunidades donde no hay un liderazgo claro que contrarreste la masculinidad deformada.
Las mujeres son acusadas de adulterio al menor capricho, y en marzo de 2002 Amina Lawal fue acusada de adulterio. Luego fue condenada a muerte por lapidación por un tribunal de la Sharia por tener un hijo fuera del matrimonio. Rara vez se oye hablar de hombres que cometan adulterio. El embarazo fuera del matrimonio constituye una prueba suficiente para que una mujer sea condenada por adulterio según algunos estados nigerianos que aplican la sharia. Dos casos en 2002, en particular, de mujeres acusadas de adulterio que fueron condenadas a muerte por lapidación, provocaron la condena internacional. Aunque sus condenas fueron anuladas posteriormente, el daño estaba hecho. Cientos de personas perdieron la vida en enfrentamientos interreligiosos entre cristianos y musulmanes de línea dura en los estados de Kaduna y Kano, como consecuencia directa de las polémicas sentencias.
Sin embargo, lejos de ser humilladas, las mujeres pobres y de base de Nigeria han utilizado su ingenio y sus conocimientos para sobrevivir y luchar por mantener el cuerpo y el alma unidos. Bajo el régimen del general Ibrahim Badamasi Babangida, su esposa intentó utilizar su posición de esposa de la dictadura militar para cercenar las posibilidades de que las mujeres se organizaran de forma autónoma e independiente, intentando cooptar el movimiento femenino y crear un frente llamado "Vida mejor para las mujeres rurales". En este mundo de cooptación, los extremistas religiosos entraron a buscar el control de los cuerpos y las mentes de las mujeres.
En los últimos treinta años han surgido en Nigeria fundamentalismos de la variante cristiana e islámica con la tarea específica de embotar las capacidades organizativas de las mujeres de la sociedad. Boko Haram ha llevado este fundamentalismo a su máximo nivel y ha creado las condiciones para un punto de inflexión en la organización política de Nigeria contra todas las formas de esclavitud. El secuestro llevó el asunto al plano internacional y los dirigentes políticos nigerianos ya no pudieron "gestionar" los horrores de la insurgencia dentro de los límites de la competencia política.
La sucesión de dictaduras en Nigeria había generado una masiva alianza antidictatorial, y después de los años ochenta, el jefe M.K.O Abiola (un destacado empresario que había ganado millones), se había unido a la cruzada antimilitarista y se había colocado a la cabeza de la contienda electoral en 1993. Abiola también había trabajado en el seno del organismo continental africano más amplio para poner en primer plano los debates sobre las formas de esclavitud pasadas y presentes al convertirse en Presidente del Grupo de Personas Eminentes para las Reparaciones de la Organización de la Unidad Africana. Abiola fue elegido Presidente de Nigeria en 1993, en las elecciones del 12 de junio, y se comprometió, junto con Nigeria, a reparar los daños de la esclavitud. Abiola nunca pudo asumir el poder en Nigeria. Hubo un golpe de estado. Las elecciones fueron anuladas por los militares, Abiola fue encarcelado y cinco años después "murió" en circunstancias misteriosas en julio de 1998. Millones de jóvenes de Nigeria se vieron privados de las ideas de justicia reparadora y de las condiciones del Holocausto Negro que inspiraron el panafricanismo radical. Quienes planearon el golpe y la eliminación de la campaña de reparaciones en Nigeria querían asegurarse de que los nigerianos no estuvieran profundamente sensibilizados sobre los crímenes contra la humanidad de la trata de esclavos en el Atlántico. Abubakar Shekau y los que temen el conocimiento real de la explotación y la esclavitud del pasado estaban entre los nigerianos a los que se les negó el acceso a la información sobre las Reparaciones por la esclavitud.
Boko Haram nunca pudo surgir bajo la dictadura militar porque el Estado del general Abacha ejerció la violencia en aquella época. La religiosidad y el extremismo se promovieron en el Norte, pero fueron mantenidos en secreto por los mandos militares, cuyo estilo de vida no podía ajustarse a los estrictos tabúes de los fundamentalistas. Las mismas fuerzas que impidieron a M.K.O Abiola acceder a la Presidencia en 1993 son las que inspiran las condiciones intelectuales, sociales y económicas que dieron origen a Boko Haram. No faltan informes y estudios sobre Boko Haram, pero muchos de ellos tratan de reforzar la idea de que Nigeria es una sociedad rota por luchas regionales, étnicas y religiosas. Estos informes evitan cuidadosamente los debates sobre las fortalezas culturales de Nigeria y el poderoso papel que desempeña este país en las luchas más amplias por la dignidad y la emancipación de África.
Muchos de los jóvenes desempleados que se han visto atraídos por los movimientos fundamentalistas proceden de un sector de la sociedad en el que la marginación y el empobrecimiento son evidentes en todas partes. Las jóvenes del norte de Nigeria han soportado la violencia física y sexual de los extremistas religiosos, y la promesa de vender a las niñas para esclavizarlas nos ha devuelto la realidad de las interconexiones entre la esclavitud y el terrorismo sexual. La violencia contra las mujeres en África adopta muchas formas y la que más se oculta es la del terrorismo sexual y otros comportamientos patriarcales y misóginos obscenos.
Dorothy Roberts, escritora feminista afroamericana, ha explorado la relación entre el comportamiento misógino y el terrorismo sexual y definió el terrorismo sexual como «la negación deliberada de los derechos reproductivos y corporales de las mujeres y la supresión generalizada de una mitad de la humanidad sobre la base de normas de género socialmente construidas».

INTENSIFICACIÓN DE LA EXPLOTACIÓN DE LAS MUJERES EN NIGERIA Y ÁFRICA
La imposición de la sharia en los estados del norte de Nigeria al final de la dictadura militar en 1999 proporcionó el contexto para el surgimiento y el apoyo abierto a grupos como Boko Haram. Mientras hubo una dictadura militar doblegar la oposición a la explotación y el terrorismo económico, el terror estatal complementó la violencia doméstica y la explotación de las jóvenes. Sin embargo, la lucha contra la dictadura había echado raíces tan profundas que el recurso a la religión se consideró la fuerza más conveniente para dividir a los pueblos trabajadores de Nigeria y para implantar la superexplotación de las mujeres.
Las escuelas, los centros culturales y otros lugares de interacción social habían sido la base de las redes de la campaña antidictatorial que (había precedido y posteriormente) se denominó movimiento del 12 de junio en Nigeria. En medio de las campañas para recuperar la participación democrática popular, se produjo el rápido crecimiento de los cultos dentro de las universidades para actuar como contrapeso a los sindicatos estudiantiles que se habían convertido en centros organizadores de la democracia dentro de la universidad y dentro de la sociedad en general. Las iglesias fundamentalistas de Norteamérica iniciaron un negocio en auge para aprovechar el boom del petróleo en Nigeria. En Nigeria, los fundamentalistas cristianos penetraron en los espacios sociales con un proselitismo masivo. Las milicias étnicas y los enfrentamientos comunales agotaron las energías de los pobres al tratar a los jóvenes como cuerpos desechables. Para frenar la aparición de formas alternativas de organización, el Estado se embarcó en asesinatos políticos. El publicitado asesinato de Ken Saro Wiwa en 1995 fue otro episodio de la militarización de la política y del cierre de espacios para las fuerzas de la oposición. Este asesinato, así como el secuestro y la ejecución de destacados líderes que luchaban por la democracia, se desplegaron para que no pudiera haber una movilización sostenida ni claridad en las cuestiones de transformación social y económica. Las ideas religiosas, el chauvinismo étnico y el fervor religioso garantizaron que los análisis de las condiciones sociales y económicas de Nigeria se hicieran en términos religiosos y étnicos. Estos discursos protegían a los oligarcas que saqueaban la sociedad.
La diferenciación regional y la formación de clases en Nigeria han hecho que las instituciones educativas y sociales del Sur y del Oeste estén más desarrolladas que las del Norte. Sin embargo, es en las mismas regiones del Norte de Nigeria donde los oligarcas se habían dado el mandato de dirigir Nigeria. Desde un punto de vista histórico, los oligarcas del Norte se habían organizado utilizando el Islam como fachada para enmascarar su toma de poder. Tras la vuelta a la "democracia" en 1999, estos mismos oligarcas recurrieron a la introducción de la Sharia en 12 estados del norte. Bajo la Sharia se intensificó la opresión de los trabajadores, de modo que mientras los oligarcas robaban miles de millones de dólares y enviaban a sus hijos a las escuelas de Europa y América, los trabajadores pobres eran amputados por robar comida para sobrevivir.

EL SURGIMIENTO DE BOKO HARAM
Fue en el mismo año de la condena de Amina Lawal cuando surgió la nueva organización de jóvenes armados que se autodenominó Boko Haram. Su propio nombre era un reflejo de la diferenciación educativa entre el Norte y el Sur. Boko Haram surgió en el entorno social y económico de los cultos en los campus universitarios y de las milicias entre los estudiantes de secundaria y las madrasas (Almajiris) del Norte. En la mayoría de los casos, las sectas estaban formadas por hombres jóvenes que se enfrentaban a un futuro de marginación y desempleo y encontraban en la violencia masculina y el convertirse en matones una salida a sus frustraciones. Hacia 2002, algunos de estos desempleados empezaron a hacer su propia interpretación de la religión y la política para poder influir en las mismas élites autoritarias del Norte. Esta relación simbiótica entre políticos y jóvenes desempleados no se limitó al Norte. Los políticos de todas las regiones manipularon a los jóvenes para que lucharan entre sí y las milicias juveniles se convirtieron en un componente de la organización política de los partidos mayoritarios de Nigeria. Boko Haram fue fundado por un joven desempleado, Mohamed Yusuf. Fue asesinado por el Estado nigeriano en 2009. En el corrupto clima político, Mohamed Yusuf había intentado convertirse en un prominente líder religioso porque la politización de la religión en el norte le había mostrado a este joven que convertirse en un predicador famoso era la única manera de ganar el dinero para conducir todoterrenos como los oligarcas. El papel de estas milicias en diferentes partes del país se expone en el libro de Olusegun Adeniyi, ‘Power, Politics and Death- A front-row account of Nigeria under the late President Yar ‘Adua’.
La descripción que hace Adeniyi de los orígenes de Boko Haram es significativa porque, como conocedor de los pasillos del poder, quienes formaban parte de la administración de Yar 'Adua eran conscientes de los patrocinadores de Boko Haram y no se dijo que Boko Haram fuera una rama de una red "terrorista" más amplia. Umaru Musa Yar'Adua fue presidente de Nigeria desde abril de 2007 hasta mayo de 2010. Era del estado de Katsina, el mismo que el fallecido panafricanista Tajudeen Abdul Raheem. En el libro, Adeniyi también saca a relucir la reacción del jefe de Estado ante el asesinato extrajudicial de Yusuf en 2009. Este libro, que arroja luz sobre el primer periodo de formación de Boko Haram, también es significativo porque fue escrito en un momento en el que Boko Haram aún no se había embarcado en las formas extremas de violencia y atentados que ahora dominan el paisaje de Nigeria. El otro rasgo distintivo importante de la obra de Adeniyi es que evita las etiquetas provocadoras que las agencias de inteligencia occidentales pusieron a Boko Haram. Boko Haram era una secta diminuta y oscura con el nombre oficial de Jama'atu Ahlis Sunna Lidda'awati wal-Jihad, que en árabe se traduce como: «Personas comprometidas con la propagación de las enseñanzas del Profeta y la Yihad».
Fueron muchos los alumnos que se sintieron atraídos por este grupo que se convertiría en extremista religioso y Mohammed Yusuf trató de representarse a sí mismo como el extremo. Yusuf se representó a sí mismo como un defensor de los varones desempleados del norte y apeló más específicamente a los estudiantes y alumnos de primaria que abandonaron sus estudios por considerar que la educación occidental ("boko") era un pecado ("haram"), de ahí el nombre de Boko Haram. Hay que decir que Yusuf no operaba en un vacío religioso. Había un vínculo entre las enseñanzas de Boko Haram y el círculo religioso islámico salafí (wahabitas). El wahabismo es una secta del Islam que tiene su base en Arabia Saudí. Este wahabismo está causando estragos en muchas partes de África, socavando la paz social y el respeto a los valores de la paz social y la tolerancia religiosa. Las mujeres nigerianas pueden aprender mucho de las mujeres etíopes que fueron oprimidas en Arabia Saudí como trabajadoras domésticas migrantes y que se han unido para defender a las pobres trabajadoras etíopes que sufren abusos físicos y psicológicos. Boko Haram se inspira en los ricos de la propia sede del Islam, donde el tráfico de personas es rampante.
El fundamentalismo islámico extremista había sido utilizado por los oligarcas del Norte para dominar a los jóvenes y se había convertido en una variante del Islam que sugería que la educación era un arma de Occidente. En el contexto de la cruzada cultural mundial de los proselitistas occidentales en los años posteriores a 2001, creció la retórica antiimperialista y anticolonialista de los fanáticos religiosos. Así es como uno de los comunicados expresaba el fanatismo
«Queremos volver a insistir en que nuestro principal objetivo es la restauración del sistema jurídico de la sharia en consonancia con las enseñanzas del Sagrado Corán. Queremos que se derogue la Constitución nigeriana y se suspenda la democracia y se establezca un Estado islámico de pleno derecho. Queremos subrayar que los problemas comenzaron en esta parte del mundo cuando los hombres blancos llegaron, colonizaron nuestra tierra, expulsaron a los emires y a los líderes justos y luego sustituyeron el sistema por procedimientos legislativos, judiciales y ejecutivos occidentales. También cambiaron nuestro modelo de aprendizaje y educación en detrimento de las enseñanzas morales; eso fue exactamente lo que impulsó la creación de nuestra organización».

BOKO HARAM COMO PEONES
En el momento de su declaración pública de guerra contra Nigeria y su deseo de que este país se convirtiera en un Estado islámico de pleno derecho, Boko Haram contó con el apoyo moral y financiero de muchos oligarcas del norte de Nigeria, que veían en Boko Haram un instrumento para hacer valer sus reivindicaciones sobre el liderazgo político de Nigeria. En 1999, en los albores de la nueva política de partidos en Nigeria tras el régimen militar, se había llegado a un acuerdo dentro del partido gobernante, el PDP, para que la Presidencia del país rotara entre el Norte y el Sur. Olusegun Obasanjo, presidente entre 1999 y 2007, fue el primer líder que surgió de este acuerdo de zonificación, y el ascenso de Umaru Musa Yar'Adua a la Presidencia en 2007 se suponía que estaba en el espíritu del reparto de poder en la medida en que Yar 'Adua procedía del estado de Katsina. Cuando Yar Adua falleció en 2010, el vicepresidente Goodluck Jonathan juró como presidente, tras encontrar cierta resistencia por parte de las principales élites del Norte. Para algunos de los oligarcas del Norte, esta jura era simplemente mantener el puesto hasta las elecciones de 2011. Hubo ataques esporádicos de Boko Haram durante el periodo de la presidencia de Yar Adua, pero por la intensidad de las negociaciones entre el presidente y los elementos del Movimiento para la Emancipación del Delta del Níger (MEND) del Delta del Níger, estaba claro que los servicios de seguridad consideraban que la insurgencia del Delta del Níger era una amenaza mayor para el futuro de Nigeria que Boko Haram. Muchos miembros armados del MEND fueron amnistiados y regresaron a sus comunidades.
Cuando Goodluck Jonathan decidió presentarse a la presidencia en 2011 y ganó, los ataques de Boko Haram se intensificaron. Esta intensificación demuestra que había elementos con influencia sobre este grupo que sentían que podían activar y desactivar esta organización. De hecho, algunos oligarcas del Norte habían prometido hacer ingobernable Nigeria si Jonathan ganaba la presidencia. En la segunda vuelta de las matanzas masivas de Boko Haram, se debatió dentro y fuera de Nigeria si Boko Haram era simplemente una organización autóctona o una vinculada al terrorismo internacional. En 2011, el Departamento de Estado de EE.UU. se negó a calificar a Boko Haram de terrorista internacional porque era bien sabido por los servicios de inteligencia de EE.UU. que Boko Haram tenía patrocinadores en los niveles más altos de los oligarcas de Nigeria. El debate sobre la calificación de Boko Haram como terrorista internacional también tuvo lugar en un momento en el que la Administración Obama debatía si Estados Unidos debía detener la guerra global contra el terrorismo y utilizar métodos policiales para frenar el extremismo violento.

INTERNACIONALIZACIÓN DEL FENÓMENO BOKO HARAM
Las divisiones dentro del establishment occidental sobre la naturaleza exacta de Boko Haram pueden verse en los escritos sobre esta organización. Los think tanks y los policy centers de los principales centros imperiales encargaron estudios sobre Boko Haram. Un exembajador de Estados Unidos en Nigeria, John Campbell, escribiendo en la revista Foreign Affairs en 2013, declaró: «Para combatir a Boko Haram de Nigeria, depongan las armas: cómo socavar la creciente amenaza islamista».
En este artículo, John Campbell sostenía que, «en lugar de asociarse con la respuesta militar de mano dura de Abuja, la administración Obama debería instar a Jonathan a abordar lo que son esencialmente problemas políticos: la pobreza y la alienación impulsada por la corrupción que siente la población del norte de Nigeria, factores que contribuyen al apoyo popular de Boko Haram».
Aunque lo que dijo John Campbell sobre la pobreza y la corrupción puede ser cierto, es muy difícil tomar en serio a este exembajador de Estados Unidos, ya que fue uno de los expertos estadounidenses que predijeron la ruptura de Nigeria.
El tema de que la alienación impulsada por la pobreza y la corrupción estaba en la raíz del problema dominó muchos de los informes sobre Boko Haram. Un ensayo bibliográfico publicado en la revista National Geographic pone de manifiesto la división entre los escritores que veían a Boko Haram como parte de una red internacional de "terror" más amplia y los que consideraban la pobreza y la alienación como el oxígeno que mantenía vivo a Boko Haram. Los escritores que pertenecían a los sectores del establishment estadounidense y francés que querían que continuara la Guerra Global contra el Terrorismo presionaron para que Boko Haram fuera etiquetado como una amenaza terrorista. Francia, que tenía una experiencia superior en la manipulación de la amenaza del terrorismo, entró en el tema después de los levantamientos de Malí en 2012 y 2013. Después de ese momento hubo constantes informes de que Boko Haram constituía una rama de Al Queda en el Magreb (AQMI). En 2013, después de que los atentados y los asesinatos se contaran por miles, el Departamento de Estado estadounidense declaró finalmente a Boko Haram como organización terrorista internacional. Los estados vecinos de Níger, Chad y Camerún fueron llamados a cooperar con las autoridades nigerianas en la lucha contra Boko Haram. Algunos de los mismos líderes africanos que han estado al frente de los Estados generadores de violencia estructural declararon en una conferencia de prensa en París el 17 de mayo de 2014 que «existe la determinación [entre los gobiernos de Chad, Camerún, Nigeria, Benín y Francia] de abordar esta situación de frente... de lanzar una guerra, una guerra total contra Boko Haram». ¿Incluirá esta guerra total la guerra contra el fundamentalismo económico y el empobrecimiento que envía a los jóvenes desempleados a las milicias religiosas? ¿Por qué va a tener éxito un pequeño contingente de fuerzas de Francia, Canadá, Gran Bretaña y Estados Unidos cuando el medio millón de fuerzas de seguridad de Nigeria ha fracasado?
La declaración de la reunión de París del 17 de mayo de 2014 de que habría Guerra Total representó una victoria para quienes querían internacionalizar y militarizar el secuestro para servir a la infraestructura antiterrorista más amplia del militarismo occidental. En el nuevo impulso para la remilitarización de Nigeria, Gran Bretaña, Francia, Canadá, China e Israel también han enviado equipos de especialistas y equipos para ayudar a la búsqueda. En una situación ideal en la que la máxima cooperación panafricana tiene prioridad sobre la lealtad de France Afrique en África Occidental, Níger, Camerún y Chad no tuvieron que esperar a ninguna conferencia de seguridad en Francia ni esperar a que Boko Haram supusiera una amenaza directa para ellos antes de cooperar con Nigeria para hacer frente a la amenaza de este grupo.
Aunque los medios de comunicación estadounidenses dieron mucha importancia al apoyo prometido por Estados Unidos para perseguir a Boko Haram, el primer despliegue fue de simplemente de 27 "especialistas". El secretario de prensa de la Casa Blanca, Jay Carney, señaló en la segunda semana de mayo que todos los miembros del equipo de 27 asesores y personal de seguridad, excepto uno, se han instalado en la capital, Abuja, para supervisar sus operaciones en Nigeria. Entre los que se encuentran cinco funcionarios del Departamento de Estado, diez planificadores y asesores del Pentágono, siete efectivos del Mando Africano y cuatro especialistas en recuperación de secuestros del FBI. Más tarde, el 20 de mayo, Estados Unidos desplegó cien efectivos de las fuerzas aéreas en Chad para tripular los drones que se desplegarán en la búsqueda de las niñas. Según Yahoo News, las «fuerzas recién desplegadas ayudarán a ampliar las búsquedas con drones en la región. Alrededor de 40 de las tropas conforman los equipos de lanzamiento y recuperación del dron que se está desplegando allí y los otros 40 conforman la fuerza de seguridad del equipo».
Una semana después de este enorme revuelo de funcionarios de seguridad internacionales, la ONU impuso sanciones a Boko Haram. Boko Haram se añadió el jueves [28 de mayo de 2014] a la lista de entidades designadas por el Comité de Sanciones de Al Qaeda a petición de Nigeria.

LA INTERVENCIÓN DE LAS MUJERES NIGERIANAS
Tras el secuestro, el Estado nigeriano siguió tratando la cuestión de Boko haram como una insurgencia de bajo nivel. Pasaron tres semanas enteras antes de que el presidente de Nigeria hiciera una declaración sustancial sobre los secuestros de Chibok, después de que las mujeres de Nigeria protestaran porque el gobierno no estaba haciendo lo suficiente. El secuestro masivo y la incapacidad del ejército para rescatar a las niñas y jóvenes habían provocado la indignación nacional con manifestaciones en las principales ciudades. Estas manifestaciones se intensificaron después de que Shekau declarara que vendería a las niñas en el mercado. Los niveles de insensibilidad de los dirigentes políticos ante el secuestro y los planes de venta de las niñas como esclavas se manifestaron en la reacción de Patience Jonathan, la esposa del presidente Goodluck Jonathan. Un organizador de una manifestación que pedía la liberación de las niñas dijo que la esposa de Jonathan, Patience, ordenó la detención de dos líderes de la protesta, los acusó de pertenecer a Boko Haram y expresó sus dudas de que hubiera un secuestro.
Patience Jonathan pertenece a ese sector de la sociedad nigeriana que no sufre la explotación cotidiana de la sociedad. Su insensibilidad no fue igualada por otras mujeres de todo el mundo que captaron el escalofrío de la llamada a vender a las niñas como esclavas sexuales. Michelle Obama y Angelina Jolie, en Estados Unidos, se convirtieron en dos de las personalidades más visibles de la campaña mundial, ya que los manifestantes salieron a la calle en todas las partes del mundo exigiendo la liberación de las niñas. Esta movilización internacional de las mujeres complicó la planificación de las fuerzas internas y externas que querían utilizar la militarización de la lucha contra Boko Haram para insuflar nueva vida a la desacreditada campaña que se había denominado Guerra contra el Terror. Los trabajadores africanos de todo el mundo comprendieron que este ataque contra las niñas era un ataque más contra los pobres. Desde Sudáfrica, la federación sindical COSATU declaró con firmeza,
«COSATU, que representa a 2,2 millones de miembros, quiere condenar inequívocamente el horrendo acto de Boko Haram de utilizar a las niñas. Condenamos enérgicamente estos actos de terror y exigimos la liberación incondicional de las niñas. Denunciamos además la naturaleza patriarcal de este acto, por el que los niños, y especialmente las niñas, son utilizados como campo de batalla para promover agendas políticas».

¿ES ESTE UN PUNTO DE INFLEXIÓN EN LA POLÍTICA NIGERIANA?
No han faltado asesores para Nigeria sobre cómo resolver el atolladero de Boko Haram. Desde el comienzo de la insurgencia hubo nigerianos progresistas que proclamaron que el sistema político corrupto era la raíz de la insurgencia. Las fuerzas populares y democráticas que habían estado al frente de la oposición a los regímenes militares de Babingida y Abacha identificaron a los elementos que daban apoyo a Boko Haram. Hoy en día, estos llamamientos continúan para los nigerianos que piden soluciones políticas a las cuestiones del fundamentalismo y el extremismo. En un artículo publicado en ‘Premium Times’ el 6 de mayo de 2014, un escritor dijo: «En primer lugar, el gobierno debe admitir que su enfoque exclusivamente militar es inadecuado. El desafío de Boko Haram tiene dimensiones económicas, políticas y sociales que el gobierno ignora bajo nuestro riesgo nacional colectivo». Citando la depresión económica en algunas partes de Nigeria, este escritor señaló la diferencia en el acceso a los recursos en diferentes partes de Nigeria. Las mujeres nigerianas de las bases han asumido el liderazgo en la lucha por vincular y aclarar el extremismo religioso y el terror sexual en Nigeria.
El fracaso del liderazgo político dominante desde la obtención de la independencia ha llevado a la sociedad a un punto en el que las viejas formas de política no pueden resolver la profunda alienación y explotación de los pueblos nigerianos. De ahí que haya rumores de un golpe de estado. Los rumores de una intervención militar por parte de los soldados han pasado de los circuitos de chismes y cócteles de Abuja y Lagos a las páginas de blogs respetados. Este autor quiere afirmar inequívocamente que una intervención militar de los soldados para sustituir a los políticos sólo agravaría la crisis política de la sociedad. Ahora se necesitan nuevas formas de política desde las bases para garantizar la responsabilidad y la participación democrática en todos los niveles de la sociedad. El secuestro ha abierto una nueva etapa en la política de Nigeria y de África. Los pobres saben que el juego electoral está amañado y la lucha por la zonificación no es más que una disputa más entre los ricos sobre qué grupo de saqueadores ocupará el poder del Estado.
La ética del Ubuntu y el colectivismo social son ahora necesarios para ser la base de la renovación de la sociedad. La acción militar por sí sola no traerá de vuelta a las niñas, sin embargo, los militares son necesarios para combatir a Boko Haram. Se trata de una verdadera contradicción en un país en el que la corrupción de los oligarcas priva a algunos sectores del ejército incluso de los recursos necesarios para que tengan una adecuada capacidad de maniobra. El actual gobierno nigeriano se encuentra ahora en una posición de vergüenza y humillación tanto a manos de Boko Haram como por su inacción y chapuza en la gestión del secuestro al amenazar con detener a los manifestantes.
Los pueblos nigerianos no pueden esperar ahora las maquinaciones de las élites políticas para cambiar su sociedad. La erradicación de la masculinidad deformada, el extremismo religioso y el terrorismo económico requiere un tipo de cooperación que no puede provenir de la ética de la codicia, el individualismo y el consumismo obsceno.
Los líderes comunitarios, los dirigentes religiosos, la gente de a pie y quienes aspiran a una sociedad pacífica en Nigeria deben movilizarse desde la base para aislar y erradicar a los fanáticos que quieren vender a las jóvenes como esclavas. Los nigerianos comprometidos y patrióticos del norte deben dejar de lado la política y confesar que los miembros de Boko Haram no son fantasmas. Son miembros de la misma sociedad en la que viven estas mismas personas. Cualquier sociedad que alimente o permanezca indiferente a la alimentación de fenómenos monstruosos podría acabar consumida por los mismos monstruos.
Los sindicatos y otros sectores de las clases productoras se han unido a estas mujeres, y aunque por el momento el #Bringbackourgirls sigue siendo un asunto de todas las clases, la situación nigeriana pronto arrojará su propia Asma Mahfouz. Los lectores recordarán que en medio de las luchas egipcias las jóvenes de Egipto surgieron como líderes y organizadoras en un momento crucial. Los que quieren luchar contra Boko Haram sobre la base de simples militares se enfrentarán ahora a un renovado movimiento de mujeres en Nigeria. Hay que hacer frente al extremismo religioso y al terror sexual, y los hombres decentes de todo el mundo tendrán que unirse y solidarizarse con las mujeres que están tomando la iniciativa.


Por Horace G. Campbell

*Horace G. Campbell, veterano panafricanista, es profesor de estudios afroamericanos y ciencias políticas en la Universidad de Siracusa. Es autor de ‘Global NATO and the Catastrophic Failure in Libya’, Monthly Review Press, 2013

Publicado en la web Pambazuka, el 14 de junio de 2014.

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