domingo, 4 de noviembre de 2012

Israel ataca de nuevo: los países no alineados, los únicos que se atreven a condenarlo


El 23 de octubre por la noche, Israel bombardeó una fábrica de armas de Jartum, capital de Sudán. Para ello utilizó cazas equipados con alta tecnología, tecnología Stealth o furtiva, que interfieren en los radares del país al que se va a agredir, para que no detecten que los cazas están violando su espacio aéreo. Sólo he oído que Estados Unidos e Israel utilicen este tipo de tecnología, que infringe toda norma y viola toda soberanía nacional. No he podido encontrar datos sobre que otros países la hayan utilizado, sospecho que si lo hiciesen, serían severamente castigados por “la comunidad internacional”.

Israel, (según los medios internacionales, porque el país sionista se ha negado a hacer ningún tipo de declaración al respecto), acusa a Sudán de vender armas, algunos dicen a Palestina, otros dicen a Irán. En cualquier caso, pensé, “ay madre, ¿y si España vende armas o municiones a uno de esos dos países?”, como dice la Escuela de la Paz de Barcelona que España “vende poco al exterior pero vende mal”, es decir vende a destinos no deseados por diversos motivos como ser zonas con conflictos o gobiernos que violan los derechos humanos, e incumpliendo con mucho y de múltiples formas el Código de Conducta de Exportación de Armas de la UE. Pero no, respiren tranquilos, Israel no atacará a España, porque España exporta armas a Israel, no a Palestina, ni a Irán.

No es la primera vez que Sudán acusa a Israel de perpetrar ataques que se denominarían terroristas si el autor fuera otro país, pero al ser Israel, se denominan ataques “preventivos”.

Me pasma la fanfarronería con que Israel ataca a quien le place, no tiene el mínimo respeto por las leyes, ni por la soberanía de los estados, ni por los derechos más fundamentales de los ciudadanos del mundo, y ni siquiera se molesta en dar una explicación. Lo peor es que casi nadie lo condena. Países que se autodenominan libres y justos callan. Lo han condenado la Unión Africana, Egipto, Líbano y Palestina. Algunos de estos no están preocupados por la legalidad, o el derecho a la vida de los dos muertos, o los derechos de los vecinos de la fábrica cuyas casas se vieron afectadas, o el derecho de Sudán a fabricar y vender armas como todos, o muchos países del mundo, sino que lo condenan por otros motivos.

A pesar de que los grandes medios lo han ocultado directamente, la condena de mayor peso ha sido la del Non Aligned Movement, Movimiento de Países No Alineados, NAM, que en realidad, representa a la mayor parte del mundo y de los pueblos del mundo. Tiene 120 países miembros y 17 países observadores. La mayoría de ellos ex colonias de América Latina, Asia y África. 53 países africanos se han unido al NAM, sólo faltan el Sáhara Occidental o la República Árabe Democrática Saharaui, aunque acude a las cumbres y cuenta con el firme apoyo a su lucha del NAM, y Sudán del Sur, el atareado país más joven del mundo, que estoy segura de que formará parte del NAM en breve.

Este Movimiento, surgido en la guerra fría, en sus orígenes quiso reivindicar el derecho legítimo a no pertenecer a la alineación de ninguna gran potencia, a ninguna organización militar, a no admitir bases militares extranjeras en sus territorios, a ser neutral, en definitiva, pero pronto se dieron cuenta de que ser neutral no debe, ni puede ser una actitud pasiva, así, el NAM comenzó a tomar posturas, a ser la voz de los países empobrecidos, subdesarrollados, explotados, agredidos, ocupados, dominados, que sufren injerencia en sus asuntos, demonizados por los grandes medios de las grandes potencias, es decir, casi todos los del mundo. Muchos dicen que al acabar la guerra fría el NAM perdió su razón de ser, otros lo acusan de ser llanamente antiamericano, otros de estar compuesto por muchas dictaduras o regímenes que no respetan los derechos, pero todo esto son palabrerías, yo creo que este movimiento es ahora tan importante como lo fue en los años 60, cuando nació. La mayor parte de los países del mundo y los pueblos del mundo están oprimidos por la injusticia y el despotismo de los pocos que componen la élite llamada occidente. Los oprimidos deben organizarse, deben hablar, colaborar, apoyarse mutuamente y nombrar a las cosas por su verdadero nombre. Considero que el NAM es una opción que aporta algo de equilibrio en el sistema actual de injusticia institucionalizada.

Dos cumbres como la noche y el día

El Movimiento de Países no Alineados celebra cada pocos años una cumbre mundial. Entre el 26 y el 31 de agosto de 2012 celebró una en Teheran, capital de Irán, a la que asistieron delegados y expertos y representantes de casi 140 países.

A la cumbre mundial de la ONU asisten los 193 países miembros y se celebra cada año durante tres días, a partir del 27 de septiembre, en Nueva York.

La diferencia más sustancial entre estas dos cumbres es que la de la ONU se compone de unos 193 monólogos, la mayor parte de ellos sin público, ya que los delegados y sus comparsas disfrutan de lo lindo haciendo compras y turismo en Nueva York. Cuentan que cuando hablan los líderes africanos, es habitual una especie de ruido de estampida, de los asistentes. Los que se quedan dormitando en los cómodos sillones de la ONU, miran sus móviles, tablets u ordenadores de última generación sin prestar atención real a personas que sacan agallas de donde pueden para ir a la ONU a decir grandes verdades, críticas constructivas, proponer ideas necesarias y urgentes… Pero todo esto apenas tiene un efecto: un comunicado final hipócrita, que no se digna ni a reconocer que ha escuchado las críticas e ideas.

Los líderes políticos del mundo parecen ir principalmente a hacerse la foto oficial en la palestra y otra con Obama, o el presidente de turno de EEUU.
En la cumbre de países no alineados, el bullicio es constante, la gente se escucha, debate, discute, asiente y disiente.

Los países que componen el NAM no son paraísos de derechos humanos, como no lo es ningún otro país del mundo. Me temo que el desprecio que sentimos por sus líderes es producto de la manipulación informativa que sufrimos, no de la realidad. De hecho los estados, todos los estados, son los principales agresores de los derechos y los individuos, como explica brillantemente Michael Walzer en Guerras justas e injustas. Pero los ciudadanos de esta élite llamada occidente vemos la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio. Nuestros gobiernos no son mejores, unos legitiman a los otros, son todos cómplices del estado de las cosas.

En los medios occidentales prácticamente sólo informaron de la visita que el secretario general de la ONU hizo a la cumbre de Teherán. En su línea hipócrita, Ban Ki Moon dio un discurso falto de todo sentido “pido a los países del NAM que resuelvan los conflictos pacíficamente”. No se dirigía a Israel, que ataca a quien le da la gana con total impunidad, no, se dirigía a países como Irán por si en un futuro hipotético, se le ocurre lanzar un hipotético ataque contra algún país, con armas que Irán dice no tener, pero que la ONU intenta aterrorizarnos diciendo que hipotéticamente podría llegar a tener, (como las de EEUU, Gran Bretaña, Francia, Israel…).
  
Los Angeles Times titulaba “Irán utiliza la cumbre del NAM para criticar a Estados Unidos”, pues mira, alguien tendrá que hacerlo…

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