A veces, el verdadero
escándalo de las noticias, es la información que se oculta.
El día 19 de junio me alegró
leer este titular: Human
Rights Watch critica que Ruanda tenga prácticamente garantizado un escaño en el
Consejo de Seguridad de la ONU. ¡Bravo! –Pensé- qué bien que HRW, una
organización tan respetada y escuchada, lo diga alto y claro: el actual
gobierno de Ruanda tiene algunas responsabilidades que depurar, antes de entrar
en el organismo que gobierna el mundo. El partido FPR, en el gobierno de Ruanda,
está acusado por la propia ONU de haber cometido asesinatos en masa y
sistemáticos de población civil inocente de etnia hutu. También hay dos tribunales
en el mundo que quieren sentar en el banquillo a algunos altos cargos de este
gobierno. Por último, y sé que esto no hace única a Ruanda ni siquiera entre
los países miembros del Consejo, es un gobierno que asesina y encarcela a sus
críticos y opositores. Cuál no sería mi corte al seguir leyendo la noticia y
ver que la razón que alude HRW es que Ruanda “da protección al ex señor de la
guerra, buscado por la Corte Penal Internacional, Bosco Ntaganda”.
Si bien es cierto que Ruanda no solo daprotección a Bosco Ntaganda sino que también le da trabajo, puesto que es
el encargado de organizar la actual rebelión mortal en el vecino este del
Congo, función para la que Ntaganda fue seleccionado por su amplia y probada experiencia,
además es cierto que otro tribunal competente, la Audiencia Nacional española, busca al mismísimo gobierno de
Ruanda por los mismísimos crímenes que se imputan a Ntaganda, crímenes contra
la humanidad y asesinatos en masa de personas inocentes.
¿Qué tiene ese otro tribunal,
señores de HRW, que no merece su consideración? Creo que es mayor razón para
pedir que no se admita a Ruanda en el Consejo de Seguridad de la ONU que sus
dirigentes están acusados de asesinatos masivos y no que sus dirigentes
protegen a un hombre que está acusado de asesinatos masivos. Es de Perogrullo.
No sé dónde está la
complicación, de verdad, no puedo comprender el empeño en ningunear algo tan
importante en la lucha global contra la impunidad de los peores crímenes
imaginables.
Juan Carrero no se cansa de
repetir la razón por la que el autojudicial abierto en España es tan importante: el tribunal penal
internacional de La Haya, sólo puede juzgar crímenes cometidos a partir de
julio de 2002, fecha en que fue creado, con lo cual no tiene competencia para
juzgar los asesinatos de los 9 españoles por los que se inicia la investigación
judicial en España, todos ellos previos a esta fecha.
Por otra parte, el Tribunal
Penal Internacional para Ruanda, TPIR, sólo tiene competencia para juzgar crímenes
cometidos durante 1994, en suelo ruandés, con lo cual no puede juzgar ocho de
los nueve asesinatos de españoles que son los siguientes.
1. Joaquim Vallmajó Sala, de
Girona, misionero padre blanco, asesinado el 26 de abril de 1994 por el FPR, en
Byumba, Ruanda.
2. Los misioneros maristas
Servando Mayor García, de Burgos,
3. Julio Rodríguez Jorge, de
Valladolid,
4. Miguel Ángel Isla Lucio, de
Burgos,
5. y Fernando de la Fuente de
la Fuente, de Burgos, todos ellos asesinados el 31 de octubre de 1996 por el
FPR, en Bukavu, este de la República Democrática del Congo.
6. La enfermera cooperante de
Médicos del Mundo, Flors Sirera Fortuny, de Lleida,
7. El médico cooperante de
médicos del mundo, Manuel Madrazo Osuna, de Sevilla,
8. y el fotógrafo Luis
Valtueña Gallego, de Madrid, asesinados los tres el 18 de enero de 1997, en
Ruhengeri, al norte de Ruanda, por el FPR.
9. El misionero Isidro
Uzcudun, de Donosti, asesinado el 10 de junio de 2000, en Gitarama, Ruanda, por
un comando secreto del FPR.
El juez Fernando Andreu
Merelles además acusa de cometer asesinatos masivos de inocentes congoleños y
ruandeses, así como del crimen de pillaje de las riquezas del país vecino, R.
D. Congo, a Kagame y otros cuarenta altos cargos del FPR, ahora en el gobierno
ruandés.
De algún modo, la justicia
internacional no puede, técnicamente hablando, juzgar 8 de estos 9 asesinatos, ni ningún otro cometido después del 31 de diciembre de 1994 y antes del 1 de julio de 2002 en la región de los grandes lagos de África.
Si el FPR es acusado (hasta por la ONU, pero sin consecuencias) de haber
provocado la muerte de millones de personas en Ruanda y Congo, pero no existe en el mundo una
sola imputación contra sus miembros más que la del juez Andreu Merelles, si
este proceso no llega a concluirse, los responsables de las peores masacres de
la historia de la humanidad, después de la segunda guerra mundial, estarán
quedando simple y llanamente impunes.
El TPIR podría juzgar el
asesinato del padre Vallmajó, puesto que entra en sus competencias -crímenes
cometidos entre el 1 de enero y el 31 de diciembre de 1994- igualmente tendría capacidad
de actuación sobre el atentado terrorista que acabó con la vida del entonces
presidente y desencadenó el terrible genocidio de 1994. Pero este tribunal
nunca ha investigado a ningún miembro del FPR, ningún Tutsi, ni siquiera ha
investigado el atentado contra el avión presidencial, ocurrido el 6 de abril de
1994. Es más, quien ha intentado investigar crímenes del FPR, o el atentado, en
ese limitado periodo de tiempo, ha sido inmediatamente destituido.
¿Por qué no se apoya desde
los ámbitos que se hacen llamar defensores de los derechos humanos esta única posibilidad
de juzgar a los responsables de las mayores masacres después de la segunda
guerra mundial? No lo entiendo, de verdad, no lo entiendo…
Por otro lado, el que un gobierno con graves
crímenes y graves mentiras bajo la alfombra en casa, entre a formar parte del
Consejo de Seguridad de la ONU no es nada nuevo, ni especial. No es el primero
y no será el último.
¡¡¡Razón tienes!!!, NI EL PRIMERO NI EL ÚLTIMO(POR DESGRACIA PARA EL SER "HUMANO").
ResponderEliminarEs triste la "memoria de pez" que tienen la personas.
Algunos parece sólo recuerdan los crímenes por el hecho de haberlos vivido en su propia piel o en alguna cercana, por tanto: ¡¡¡Afortunados sois y quiera el Cielo que lo seais siempre en vuestra ignorancia!!!!
Gracias, Rosa, por seguir clarificando y poniendo luz a la desinformación que reina con el tema. Sin prejuicios, con decisión, y con voz valiente, que sigamos leyéndote sobre el tema. Alejandro
ResponderEliminarQué buen Post y cuanta razón, Rosa. Completamente de acuerdo!
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