Documentándome sobre militarización de África, en los últimos días de 2024, me exaspera como siempre la falta de información de calidad que encuentro en internet.
De repente he dado conmigo misma, y no ha sido a través de Google, el motor de búsqueda no ofrece el texto, pero sí el anuncio de una charla que di en la Universidad de Zaragoza sobre este asunto en 2016.
Escribí este Dossier para la humilde revista de UMOYA de junio de 2016, su número 84. Hoy añadiría muchas fuentes alternativas a las que cito en este trabajo. No voy a actualizar los conflictos que menciono, que son de 2015, porque no es lo que me ha causado asombro. Me asombra lo “ACTUAL” que sigue siendo todo esto, este modo de funcionar del mundo unipolar que hoy muere matando.
Vuelvo a publicar (Por primera vez en el blog) este trabajo que, con datos de 2015, sigue estando vigente en el sentido de que lo importante es ocultado y lo que las instituciones académicas y los medios muestran es una trágica parodia a la que debemos dejar de hacer caso.
Hoy se nos está arrastrando a una guerra global con las mismas patrañas de siempre.
Guerras en África, ese manido argumento
Photo by: US Africa Command Public Affairs |
Preguntémonos cada vez que nos venga a la boca en cualquier ocasión “Las guerras en África” ¿qué sabemos de África? Esa comarca, en el sentido tolkieniano de la palabra, de cataclismos y calamidades, que nos representan los medios y los libros de historia. Apenas sabemos nada. Y sobre todo ¿qué sabemos de cómo se gestan y por qué los conflictos? Sabemos mucho menos aún.
Países y pueblos soberanos que no conocemos
África consta de 55 países si contamos -como cuenta la Unión Africana- a la República Árabe Saharaui, desde 1982.
Su población es de más de 1.200 millones de personas en total, de los cuales el 70% tiene menos de 30 años. (La media es de 19 años). Se hablan 1.300 lenguas y hay más de 3.000 pueblos con identidad propia. La diversidad de culturas, regímenes políticos, modos de vida, niveles de desarrollo, etc es inmensa. Su juventud tiene en común, como toda la gente joven del mundo, que quiere vivir en paz, quiere prosperidad para sí y los suyos, quiere ser dueña de su futuro, formar una familia a la que brindar un futuro lleno de paz, seguridad y bienestar. Los africanos quieren lo que queremos todos, que no nos quepa duda.
Siempre se nos ha enseñado una África falsa, se ha dibujado un continente a medida de las necesidades acaparadoras de Europa, sin tener en cuenta la realidad. En las clases de historia se nos ocultó que antes de la colonización en África había civilizaciones, algunas de ellas mucho más avanzadas que las europeas, que fueron aniquiladas por nuestros antepasados. Casi todos los mapas que conocemos están manipulados para reducir el tamaño de África y aumentar el de Europa. Arno Peters, un cineasta alemán, publicó en 1956 un mapa conocido como “Proyección de Peters” que representaba la verdadera proporción de los continentes en el mundo y a muchos todavía nos resulta raro, porque estamos acostumbrados al otro, el que engrandece Europa y empequeñece África. Todavía en muchas instituciones educativas y obras de historia se sigue manipulando el tamaño de África con la excusa del lobo feroz “es para ver mejor” nuestro propio continente.
Tampoco se nos contó honestamente cómo Europa se repartió “legalizadamente” África, como un pastel, en la conferencia de Berlín, 1885. A lo largo de todo el siglo XIX los países europeos no podrían haber tenido su revolución industrial sin cantidades ingentes de materias primas que Europa no tenía y fue a buscar -o robar- a África. Gracias a esos saqueos infligidos a los pueblos africanos se robusteció el incipiente sistema capitalista, esto es la colonización.
Antes, el sistema capitalista se había afianzado gracias a la esclavitud. El norte llevaba más de un siglo secuestrando a personas en África para emplear como mano de obra para su “Desarrollo”. El comercio de esclavos alcanzó su máxima a finales del siglo XVIII. 60 millones de personas fueron secuestradas, de las cuales 24 millones fueron a parar a América, 12 millones a Asia y 7 millones a Europa. Los otros 17 millones murieron en el camino.
Las peores guerras que los pueblos africanos han llevado a cabo son las de las heroicas y estoicas resistencias a la invasión (colonización) de las potencias europeas, que obligaron a estados como Francia e Inglaterra a desplegar las mayores campañas militares de su historia. Y después las guerras de las independencias, contra las mismas potencias europeas. Fueron sangrientas por la crueldad de los europeos, pero también por la resistencia de los africanos a ser oprimidos y privados de su dignidad.
Hecha esta breve contextualización, necesaria antes de empezar a hablar de las guerras en África, quiero negar rotundamente que el continente africano sea un pozo de desolación, hambre y guerra. Esto existe, pero no es todo. Aunque aquí nos vayamos a centrar en las guerras, África es mucho más que eso.
12 conflictos y 37 tensiones oficiales en África.
Según el último barómetro publicado por la Universidad Autónoma de Barcelona, UAB, basado en lo acontecido durante el tercer trimestre de 2015, en África había 12 conflictos armados y 37 tensiones. Este barómetro es un informe trimestral del Programa de Conflictos y Construcción de Paz de la Escola de Cultura de Pau de la UAB que detecta los conflictos armados y las tensiones, además de los procesos de paz, en todo el mundo.