Los primeros días de marzo de 2014 saltó a los medios de Nigeria esta pelea peculiar. Por un lado estaba el laureado escritor y poeta Wole Soyinka, que entre sus méritos tiene el de ser el primer africano en recibir el Nobel de Literatura. Rabioso defensor de los derechos humanos, ha sido condenado a penas de cárcel por algún tirano, incluso a pena de muerte por el dictador Sanni Abacha. Durante sus años de exilio ha sido profesor en diversas universidades de prestigio norteamericanas y europeas. Desde que volvió a Nigeria con la restauración del poder civil y electo, ha sido un firme defensor de los oprimidos y crítico con los opresores. Es un intelectual mundialmente conocido y respetado no solo por su amplia obra, sino también por su compromiso y lucidez.
Del otro lado estaban dos de los diez hijos del mencionado dictador Sanni Abacha, su hija Gumsu y su hijo Sadiq. Estos dos vividores disfrutan de un altísimo tren de vida entre Nigeria y mansiones por todo el mundo, gracias a la inmensa fortuna que su padre robó al pueblo de Nigeria [Algunos hablan de cantidades astronómicas, entre 1.400 y 1.700 millones de dólares]. No tienen estudios ni carrera profesional conocida, más que… ser ricos. Sadiq es propietario de compañías muy rentables en Dubai y Nigeria, principalmente del sector inmobiliario y petrolero. Gumsi, heredera de la belleza de su madre, está casada con un influyente y rico político de Camerún, Bayero Fadil. Se dice en Nigeria de su madre, hablando de los procesos judiciales por desfalco en Nigeria y el extranjero, que “ni siquiera quitándole todo el dinero, llegaría a ser tan pobre como Dangote” [el hombre más rico de Nigeria y de toda África, según Forbes].
Este es el currículum vitae, en breve, de las dos partes enzarzadas.
No sé si por casualidad, en la misma fecha en que estalló la reyerta, Estados Unidos hizo público que había logrado congelar 458 millones de dólares que la familia Abacha tenía en varias cuentas bancarias de Francia, Gran Bretaña y el paraíso fiscal de Jersey. Por mencionar algunas conocidas, entre las instituciones bancarias que han congelado cuentas de la familia Abacha están Citibank, Chase Manhattan Bank, el británico Barclays y el alemán Commerzbank.
Abacha murió en junio de 1998 a los 54 años. Se rumorea que en medio de una orgía con prostitutas, sufrió un infarto causado por la ingesta de viagra para la ocasión. No hacía ni 5 años que el general Abacha había dado un golpe de estado, en noviembre de 1993. En apenas cinco años que duró su brutal dictadura le dio tiempo a mucho. Destaca el ahorcamiento (presionado y ayudado por la petrolera británico-holandesa Shell) del escritor y activista medioambiental Ken Saro Wiwa y ocho de sus compañeros defensores de los derechos del pueblo ogoni. Además, el desfalco que cometió es uno de los más destacados de África, la cantidad jamás llegará a conocerse con exactitud. El gobierno que sucedió al cleptócrata, dirigido por Olusegun Obasanjo, habló de 4.000 millones de dólares desaparecidos… Desde 1998, saltan noticias a la palestra sobre nuevas cuentas descubiertas y congeladas en bancos europeos, estadounidenses y de paraísos fiscales con cientos de millones cada vez, y aún así, esta amplísima familia vive a todo lujo sin conocer ni de lejos las estrecheces que la inmensa mayoría de los nigerianos sufre cada día.
El detonante de este revuelo se enmarca en la celebración del centenario de la fusión del norte de Nigeria con el Sur, en 1914, dando lugar a una administración unificada por Sir Frederick Lugard. Se suponía que era un experimento de 100 años, pero dados los cambios ocurridos desde entonces, no se tiene en cuenta la supuesta “expiración” del estado de Nigeria. Esa administración formada en la época colonial es la Nigeria que perdura hoy en día. Para muchos nigerianos no hay nada que celebrar, ya que es la formación de uno de tantos estados africanos, que amalgaman pueblos muy dispares, divididos y a veces enfrentados, por imposición colonial. Nigeria ha sufrido una guerra civil y continuas tensiones entre norte y sur. Los políticos explotan y exacerban el odio y las diferencias, en lugar de tomar la ansiada senda del diálogo y la convivencia.
En cualquier caso, el gobierno ha decidido celebrar el centenario de la formación de Nigeria. Uno de los actos de conmemoración es la concesión de Galardones del Centenario a personalidades significativas de la historia del país. En esa lista, el gobierno ha mezclado de todo: vivos y muertos; notorios por lo bueno y por lo malo. Por ejemplo, al premio Nobel Soyinka y al difunto dictador Abacha.