miércoles, 14 de enero de 2015

Fidel Castro Odinga y la etnicidad en Kenia

Hay una característica entre los partidos de Kenia, al igual que en muchos otros países, que sumada a la irresponsabilidad de los líderes políticos y a la debilidad de las instituciones del estado, forman una corriente que se dirige a toda prisa hacia un precipicio llamado violencia generalizada, esta característica-cascada es el etnicismo. Los partidos políticos se forman siguiendo la línea de la etnia y hacen campaña apelando a la rivalidad étnica. Cuesta encontrar señales de identidad ideológica en los partidos y coaliciones, lo más importante es la pertenencia étnica (y de quién seas hijo, como en España, pero eso es otro tema). Leo en un medio de Kenia esta noticia, “El CORD debe dejar de propagar odio contra los kikuyus” y me hace reflexionar varias cosas.

El CORD es una coalición de partidos en la oposición de Kenia, encabezada por Raila Odinga (Luo), tradicional figura de la oposición. Odinga se presentó a las elecciones de diciembre de 2007 con el Movimiento Naranja, el Orange Democratic Movement, ODM. Tras las elecciones estalló una oleada de violencia étnica por el supuesto fraude cometido por el partido del entonces presidente, Mwai Kibaki (Kikuyu), quien quería ser -y fue- reelegido a toda costa.

La violencia electoral que había acabado con la vida de unas 700 personas y desplazado a unas 250.000 de sus casas, terminó en febrero del 2008 con un acuerdo de reparto de poder. Así, rápidamente explicado: Mwai Kibaki accedió a crear el puesto de Primer Ministro y repartir los poderes. La presidencia para él y su coalición y la nueva figura de Primer Ministro para Raila Odinga y su Movimiento Naranja. 

La coalición no funcionó muy bien… como suele ocurrir en estos casos. Se deshizo en las siguientes elecciones de 2013, en las que Odinga volvió a ser derrotado, esta vez por Uhuru Kenyatta. Otro Kikuyu.

La violencia post-electoral avivada por muchos líderes políticos, ha quedado impune. La gente que lo perdió todo no ha sido reparada en ningún aspecto.

La coalición de Odinga, los Orange de Kenia son Luo, la etnia de los antepasados de Obama. Hace unos años, circuló un chiste por Kenia que decía que antes llegaría un luo a la presidencia de Estados Unidos que a la de Kenia. El chiste ha dejado de ser chiste.
Los Odinga y los Obama. Dos Luos en la Casa Blanca. Official White House Photo by Lawrence Jackson

Esta noticia dice que Odinga y el resto de líderes de su coalición siguen arengando a la gente para que odie a los Kikuyu y los responsabilice de todo mal. Los kikuyu son la etnia mayoritaria de Kenia. Cada vez que ganan las elecciones sus candidatos, los luo reniegan entre dientes “Ya nos robaron otra vez las elecciones estos kikuyu”.

Es asombroso el poco juicio, el poco interés político y social que demuestran estas actitudes. Si los kikuyu son mayoría, y los partidos apelan a la pertenencia étnica para votar, ¿no es lógico que ganen siempre? Si Odinga y los luo de Kenia quieren ganar las elecciones siendo una minoría, más vale que reflexionen y encuentren el modo de apelar a algo más que a la etnia para recibir el voto de la mayoría la próxima vez.

Aunque he dicho alegremente que los partido apenas tienen señas de identidad ideológica. Podría considerarse, así por encima, que los partidos de la coalición presidencial son Liberales, incluso hay un partido entre ellos que se llama así. (A pesar de ser los kikuyu los tradicionales luchadores por la liberación nacional del yugo de Gran Bretaña, formando las milicias Mau-Mau, algo muy “popular” y anticolonial). Del mismo modo, puede considerarse la coalición de Odinga como de izquierdas. Lo digo más que nada por el nombre que le puso Odinga a su hijo hace 41 años, Fidel Castro Odinga.
El difunto Fidel Castro Odinga. Foto tomada de Nairobi News
Hace poco ha fallecido este joven. No han trascendido las causas de su muerte. Había vuelto a casa después “de estar con unos amigos” y al día siguiente la policía lo encontró muerto en su casa. La muerte prematura siempre es una triste noticia. Pues bien, hasta por la muerte del hijo de Odinga ¡algunos han echado la culpa a los kikuyu! ¿Estamos locos? 

Con cierta naturalidad, los jóvenes tienden a alejarse de estas manías de identificarse étnicamente para absolutamente todo en esta vida. Qué pesadez. El joven Fidel Catro Odinga se había casado con una mujer, que circunstancialmente era kikuyu. No habían tenido hijos. 

Ahora resulta que los mayores de los luo conocen los íntimos secretos del fallecido y su esposa. Acusan a la mujer de “no haber querido darle hijos” y achacan esa malvada herejía ¿adivinen a qué? ¡Exacto! a que es kikuyu. Insisto ¿Estamos locos?

Dice, y dice bien, el autor de este artículo, Ngunjiri Wambugu, que por favor, ya basta. Dejemos de comportarnos como idiotas, entremos ya de una vez en el siglo XXI.

No hay comentarios:

Publicar un comentario